El guardián de nuestro pueblo

“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente” (Salmo 91:1). Toda la literatura bíblica -histórica, didáctica o poética- revela que el disfrute de un privilegio divino descansa en una condición: buscar la ayuda de Dios. Quien está protegido contra el peligro es “El que habita al abrigo del Altísimo”.

Es el individuo o pueblo que, confiado, se cubre bajo las alas del que todo lo puede, al cobijo de Aquel que está en la cumbre más alta del universo.

¿Quién está “en las alturas”? Dios, quien hizo los cielos y la tierra. Por eso, la persona o nación que obedece Su palabra y confía de corazón en el Todopoderoso se refugia y mora “bajo la sombra del Omnipotente”.

Dios nunca duerme y cuida a los dominicanos -así como a cualquier nación- donde hay creyentes que interceden en oración ante Él, para que nos ayude, proteja y guarde de todo peligro, engaño o extravío.