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EN SALUD, ARTE Y SOCIEDAD

Crecimiento económico y actores empobrecientes

En su “La riqueza de las naciones” (1776), Adam Smith planteó que el libre ejercicio del interés individual terminaba beneficiando al bien común, aún sin proponérselo, un paradigma al que Carl Marx contrapuso su Plusvalía (“El Capital”, 1867). Según ésta, el capitalista explota la fuerza de trabajo en su beneficio, sin pagar suficiente a los trabajadores, para acumular riquezas.

Con Adam Smith la economía clásica resaltó el rol del trabajo en la creación de riquezas: “El trabajo anual de cada nación es el fondo del que se deriva todo el suministro de cosas necesarias y convenientes para la vida que la nación consume anualmente”.

Para Marx, los bienes y recursos financieros, tecnológicos y materiales no se transforman en mercancías sin el trabajo, cuyo resultado es un producto que lo contiene como riqueza incrementada. Excluyendo cualquiera de los componentes del proceso productivo, no se “crean” mercancías. Esto, sin embargo, no reduce el rol del trabajo en la generación de riquezas. Los industriales y trabajadores son la base de la cadena de creación de una riqueza que da vida a los servicios y al comercio y financia al gobierno mediante rentas e impuestos.

Tales referencias cobran vigencia por tres hechos: a) el alto crecimiento económico alcanzado en el 2018; b) el resultado cero de la mesa de negociación de la Comisión Nacional de Salario, y c) la colocación de 2,500 millones de dólares en bonos soberanos por el gobierno, según informó el ministro de Hacienda, señor Donald Guerrero, lo que crea una deuda pública en pesos a siete años por RD$50,523 millones y otra en dólares, a treinta, por US$1,500 millones.

La información despachada sugiere que el gobierno necesitó financiar $1,584.92 millones para completar los US$3,084.9231 que debe pagar este 2019 por concepto de una deuda externa que el FMI sugiere considerar.

¿Cuál es el panorama? Un entorno de fabuloso crecimiento donde gobierno y trabajadores empobrecen y se endeudan.

Argumento para promover una administración del Estado protectora del trabajo, que dirija a la sociedad hacia la conceptuación y realización de un gobierno productor de mercancías.

El Informe de la Economía Dominicana (enero-diciembre, 2018) del Banco Central, presenta un sector real con un desempeño sobresaliente, excepto en minas: Agropecuario, +6.3%; Manufactura local, +5.7; Manufactura zona franca: +8.1; Construcción: +12.2; Comunicaciones: +12.3; Servicios Financieros: +7.1; Transporte y almacenamiento: +6.3; Salud: +8.7, aunque sólo algunos sostuvieron tal ritmo en el primer trimestre del 2019.

Desempeño expresado en la expansión del Medio Circulante: en manos del público y en depósitos en bancos (M1), en 6.6%; en depósitos o ahorros a menos de 2 años que generan utilidad al depositante (M2), en 4.5% y en fondos del mercado monetario, cesiones temporales de activos y títulos de deuda privada o pública de vencimiento menor a dos años (M3), en 6.6%.Más riqueza, más masa monetaria y dos actores empobrecientes: gobierno y trabajadores-empleados.

Y un triple desfase: el crecimiento económico pugnando con: a) la teoría del “derrame”; b) el balance de resultados del gobierno (déficit) y c) la progresiva reducción de la capacidad adquisitiva de sueldos y salarios.

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