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PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Equidad de género y salario

Las mujeres desempeñan un papel esencial en el crecimiento económico. Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Comisión Europea, ONU-Mujeres, entre otros, han establecido en múltiples informes que existe una relación proporcional entre las oportunidades económicas de las mujeres y el éxito de las economías.

El Banco Mundial y el programa de las Naciones Unidas han realizado estudios profundos relacionados con las ventajas de la participación igualitaria de las mujeres en el mercado laboral y en los puestos de dirección de las empresas. Además, cómo el empoderamiento económico femenino, impacta en el crecimiento y el desarrollo.

ONU-Mujeres expresa que “invertir en el empoderamiento económico de las mujeres contribuye directamente a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento inclusivo”. Este organismo aporta cifras reveladoras: si el nivel de participación de las mujeres y de los hombres en el mercado laboral continúa con la desigualdad imperante, para el 2040 en Europa se producirá un déficit de 24 millones de trabajadores. Por el contrario, si se reduce esta desigualdad el déficit sería tan solo de 3 millones.

Cuando los ingresos del hogar controlados por mujeres aumentan, se beneficia la educación y la salud de los niños y niñas. Un estudio realizado a 219 países en un período de 39 años (1970-2009), concluyó que por cada año adicional de educación de las mujeres en edad de procrear, la mortalidad infantil disminuyó en un 10%. En 20 años (1970-1990), en la medida en que las mujeres aumentaron su nivel educativo, la mortalidad infantil se redujo en 4.2 millones de niños y niñas. En el caso de América Latina y el Caribe, el Banco Mundial (BM) centra su atención en crear las condiciones para insertar a las mujeres al mercado laboral en igualdad de condiciones, de manera que estas reciban igual salario por realizar el mismo trabajo que los hombres.

La diferencia de salario entre hombres y mujeres no es exclusiva de una región, sino que se ha convertido en un fenómeno universal: en Alemania las mujeres ganan un 23% menos que los hombres; en Irlanda un 17%; en Portugal 18%; en Grecia 30%; en Australia 18%; en Bulgaria 15.7%; en Rusia entre 20 y 30 porciento; en Brasil 27%; en Costa Rica 26%; en Nicaragua 33%; en Palestina solo un 16% de las mujeres trabajan, y en la República Checa la diferencia de salarios en el sector privado es desde un 33 a un 50 por ciento.

Sin embargo, algunas empresas internacionales han logrado superar esta barrera: Philip Morris International es una de las principales compañías procesadoras de tabaco a nivel internacional. Su fuerza laboral supera las 77 mil personas en todo el mundo. Hoy día cuenta con presencia en 12 países de América Latina; 7 países de África; 31 oficinas en Europa; 6 en Medio Oriente y 16 en Asia y el Pacífico.

Es la única empresa en el mundo que hace pocos meses logró una certificación mundial de igualdad salarial entre hombres y mujeres, otorgado por Equal Salary, una organización adscrita a la Oficina Federal de la Igualdad entre hombres y mujeres en Vevey, Suiza. Lo anterior quiere decir que los hombres y mujeres que laboran en Philip Morris, ganan igual salario por realizar las mismas tareas. Esa debe ser la aspiración de cada Nación, si queremos reducir los niveles de pobreza y desigualdad. A eso aspiro como legislador. Trabajaré en ese sentido desde el Congreso.

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