Santo Domingo 26°C/28°C few clouds

Suscribete

EL BULEVAR DE LA VIDA

Piantaos

Se trata de que, a quienes plantean posiciones que contradicen las suyas, usted les “suelte” sus argumentos, pero no los perros. Esto de “soltar los perros” de la maledicencia a partir de medias verdades y manipulaciones enteras es lo que viene ocurriendo desde el PLD de Leonel Fernández contra el periodista Felipe Ciprián y su familia, y todo por sus planteamientos en su análisis político semanal en este diario.

Por suerte, todo el que ha conocido a Felipe le reconoce su condición de hombre íntegro, ético y radicalmente honesto, por lo que no es de gente sana ni buena diseñarle toda una campaña de descalificación por el hecho de brindar -desde hace años- sus servicios de periodista, editor y corrector de estilo a una agencia del Estado. Nótese que hablo de brindar un servicio, hablo de TRABAJAR que es muy diferente a cobrar, lo que remite a otra cosa. Ciprián es uno de los mejores editores, correctores de estilo que conozco. Incluso, ha sido el corrector de casi todos mis libros. A lo anterior se ha añadido la “acusación” de que su hija trabaja en el Estado, y otra vez lo mismo: dije trabajar, no cobrar. Todo esto se agrava porque, en los tiempos de la posverdad, ya nadie confirma ni contrasta nada y existe absoluta libertad de difamación con total impunidad.

Uno hace la advertencia pública a su profesor Fernández, porque siempre ha reconocido en él a un caballero de demostrado talante democrático, incapaz de hacer, -y menos contra un periodista-, lo que hoy hace -y por segunda vez- parte de su equipo contra un hacedor de diarios que no es más pero tampoco es menos honesto, que la suma de todos los peledeístas y sus vecinos.

Y mientras anda uno moraíto de indignación por todo esto, el otro PLD, el del presidente Medina, presenta un striptease político sin Marilyn, en donde Lucía asegura espontáneamente que todo está listo para que pueda el PLD “perpetuarse en el poder”, Euclides reparte boches como quien ve llover, Gonzalo manda a callar a colegas ministros como si nada, y Peralta dice respetar a los que no están de acuerdo con otra reelección, pero sin dejar de señalarles su “imprudencia” de contradecir al Presidente, lo que es imposible porque el mandatario nada ha dicho. “¡Ya sé que están piantaos, piantaos, piantaos!”

Tags relacionados