Santo Domingo 21°C/21°C clear sky

Suscribete

OTEANDO

Educación y género

Vi en televisión al ministro de Educación Antonio Peña Mirabal, explicar la cuestión de la ordenanza que dispone la formulación de un marco teórico para la implementación de una adecuada política de género que permita un trato de igualdad a nuestros niños, niñas y adolescentes, desde una perspectiva sana, que asegura únicamente formarlos con arreglo al valor supremo del respeto mutuo y en el reconocimiento de que hembras y varones tienen los mismos derechos.

Por lo que le oí decir deduje que, en modo alguno, dicha disposición pretende trillar un camino de concienciación de nuestros niños en la idea de que el género es algo que se deba decidir al ser mayores.

El ministro recurrió al artículo treinta y nueve de nuestra Carta Magna que prescribe: “La mujer y el hombre son iguales ante la ley. Se prohíbe cualquier acto que tenga como objetivo o resultado menoscabar o anular el reconocimiento goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos fundamentales de mujeres y hombres. Se promoverán las medidas necesarias para garantizar la erradicación de las desigualdades y la discriminación de género”.

Además, aclaró que la equidad de género no es un tema nuevo en el ministerio, que figura en la ley de educación desde 1997, está previsto en la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 y en el Pacto Nacional por la Educación firmado por todos los sectores que por su naturaleza están concernidos en el tema, iglesia incluida. Y aseguró que pedirá el concurso de esos sectores para conciliar la política a implementar, todo lo cual asegura que de ahí no saldrá un monstruo, sino un instrumento idóneo para lograr ese objetivo sin incurrir en adoctrinamientos contra natura. Después de eso tengo la seguridad de que la disposición no atenta en lo absoluto contra la naturaleza masculina o femenina de nuestros hijos, sino que solo pretende formarlos en un ambiente de respeto del derecho a un trato equitativo para ambos sexos. Pero estoy más seguro de ello porque a quien oí hablar fue a Antonio Peña Mirabal, alguien a quien conozco de más de 25 años y sé todo lo que ha hecho para construir sus capacidades, pero sobre todo, a cuántas cosas ha renunciado en aras de preservar su honor, por el cual es capaz de abonar su propia vida. Estamos en buenas manos.

El autor es abogado y politólogo.

Tags relacionados