Sánchez y Duarte

El traslado de los restos del prócer Francisco del Rosario Sánchez, desde San Juan a Santo Domingo, y su inhumación en la Catedral Primada de América, se debió a una iniciativa de la Sociedad Cultural “La Republicana”. Ese acto de justa reparación histórica tuvo lugar el 6 de abril de 1875 y no solo se circunscribió al héroe del Conde, pues el entonces presidente de la República, general Ignacio María González, se proponía reconocer públicamente tanto a quienes habían hecho posible la proclamación de la República, como a los que habían logrado preservar la independencia a lo largo de las dos grandes guerras: la dominico-haitiana (1844-1856) y la dominico-española (1863-1865). En febrero de 1875, el Presidente González le dirigió una misiva al principal fundador y Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, informándole de “la completa pacificación de la República que concibió y creó el patriotismo de Usted”, al tiempo que le invitaba a que regresara al país. “Mi deseo, mi querido General, es que Usted vuelva a la patria, al seno de las numerosas afecciones que tiene en ella, a prestarle el contingente de sus importantes conocimientos, y el sello honroso de su presencia”. Sin embargo, Duarte estaba ya muy enfermo y se desconoce si tuvo alguna reacción ante la invitación cursada por el Gobierno dominicano. En agosto de 1879, debido a una propuesta del regidor Domingo Rodríguez Montaño, el cabildo de Santo Domingo respaldó un proyecto para trasladar las cenizas de Duarte desde Caracas a Santo Domingo, lo cual se materializó el 27 de febrero de 1884, siendo Presidente el general Ulises Heureaux. Para esa época ya habían surgido diversas facciones que pugnaban por establecer primacías entre los principales próceres independentistas, sin percatarse de que, al proceder de esa manera, generaban la falsa impresión de que ellos habían competido entre sí para determinar quién tenía mayor relevancia política.