Espíritu de conveniencia

Nada nuevo, pero no deja de ser extraordinario que los altos cargos del PLD se convoquen a un salón del hotel Barceló (antiguo Lina) y decidan irse juntos en un autobús al Pabellón de Voleibol.

Lo que era antes, sigue siendo ahora, aun cuando antes era por encanto de fraternidad y ahora situación forzada por circunstancia.

Un disimulo que la política impone.

El guión se cumplió como estaba previsto en el protocolo. Esperaron hasta que se les informó que podían salir y fueron recibidos por la Comisión Nacional Electoral.

El buen ánimo estaba decidido, y la foto sensación del aparte entre Danilo Medina, Leonel Fernández y Euclides Gutiérrez fue la mejor prueba.

Nadie conoce el chiste y Gutiérrez no toma teléfono ni tiene WhatsApp, por lo que más difícil la averiguación. Aunque se sabe que el hombre del bastón es ocurrente, y sus pares, desde siempre, lo celebran.

Los cambios en los estatutos fueron aprobados de manera unánime, sin disidencia, y no solo por el entendimiento entre los bandos, sino también porque los delegados conocían el documento.

No solo hubo envíos masivos, sino que el material fue colocado en Internet y nadie pudo alegar ignorancia. Aunque no hubo tregua, sí espíritu de conveniencia.

Con saber y decir que se cantó el himno del partido leyendo las letras en monitores de pantalla gigante al estilo karaoke.

No se supo en el momento, pero la apremiante reunión del lunes fue resuelta en el intercambio previo del Lina, ya que el CC había concedido derecho al CP para que decidiera la reserva.

Interesante el hecho de que se le preguntara al presidente Danilo Medina al regreso de su viaje a El Salvador y este remitiera a los periodistas donde Reinaldo Pared, que confirmó.

Es decir que hicieron el trabajo, incluso con agenda secreta, pues no se había informado que el CP sesionaría de modo irregular fuera de la Casa Presidencial.

El PLD fue PLD sin renunciar a la guerrilla de los grupos que aplaudieron a sus máximos dirigentes como si fuera competencia de ocasión.