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PUNTO DE MIRA

Ventrílocuo está afónico

Danilo Medina fijó marzo para hablar de reelección, los meses pasan y nada.

El ventrílocuo presidente realmente no habla porque se ha quedado sin voz. Aunque ha puesto en escena otros muñecos, incluso algunos que son encubiertos, va disminuyendo el volumen del coro.

El proyecto continuista va de capa caída. Aumenta el rechazo a la reforma constitucional: la encuesta más favorable a Danilo fija la tasa en 68% los contrarios a la reelección; las iglesias hacen la señal de la cruz como si fuera el Diablo; los verdes lo repudian como bacteria; los juristas arriman legajos; a los legisladores judas los asustan sus propias sombras y para afirma la tapa al pomo, el senador Bob Menendez atiza el fuego frente al gobierno norteamericano. Mientras dirigentes peledeístas cambian su discurso hacia la moderación, otros muñecos balbucean palabras de repudio a la reforma constitucional, arrimándose a la borda para saltar del barco. Danilo evade hablar de reelección porque no tiene los números para convocar la reforma. Se ha quedado sin voz congresual.

Los judas que moran en la oposición parecen conversos temerosos al paredón moral que también les quitaría la visa norteamericana. Para tapar la anemia de apoyo fabrican mítines de adhesión al danilismo. La gente va, pero no está. Danilo procede como Trujillo, quien en 1960 inundó el país de actividades lacayunas, pero meses después era sacado del poder con los pies por delante. Danilo divide el país y lo enruta hacia una confrontación que podría convertirlo en baño de sangre.

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