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Leonel y Danilo, fortalezas de la democracia

“Déjenme trabajar”, sólo pidió el presidente de la República, en reconocimiento de cuya gestión varias concentraciones han sido convocadas para hoy.

Pocos, sin embargo, escucharon esas palabras. Casi nadie, cabría decir.

En consecuencia, un revuelo nacional toma cuerpo por la supuesta y no confirmada intención reeleccionista del mandatario. Se le endilgan intenciones no confirmadas ni puestas en la agenda de un gobierno que no muestra moverse en tal dirección.

El país no ha visto al presidente caravaneando. Ni en actos proselitistas, mucho menos promoviendo esa supuesta candidatura que le endilgan. A sus adláteres, sí.

Ellos se saben los beneficiarios de la gestión del mandatario, cuya actitud de reparto justo y cumplimiento de los compromisos contraídos con aliados y opositores no practican ni honran.

De hecho, han enriquecido de modo tan sorprendente que han salido de los ministerios y posiciones ejercidas apenas por dos o tres años con tanto dinero que tienen para ostentar precandidaturas presidenciales sin haber resuelto uno de los problemas propios de las entidades puestas a su cargo, sin desarrollarlas para que presten un servicio mejor, de más calidad.

En esa fila de fabricados precandidatos a lo interno del partido de gobierno queda comprobado el alto respeto del presidente Medina por esa democracia a la que lo culpan sin pruebas de intentar desconocer.

Los voceros autorizados del presidente lo han reiterado hasta la saciedad: Danilo no está en reelección. Y hasta tanto él o esos voceros lo declaren, acusarlo de pretender modificar la Constitución con fines reeleccionistas es ahogarse en un vaso de agua, poner la carreta delante de los bueyes.

Será muy cuesta arriba que un político como Danilo Medina, cuya gestión goza de aprecio y hoy será apoyada por miles de manifestantes pese a los graves problemas económicos nacionales: la devaluación monetaria, la pérdida de poder adquisitiva del dinero y el impacto de los bajos sueldos y salarios en un problematizado Sistema Dominciano de Seguridad Social, tenga la intensión de desconocer la Constitución del 2010 y su modificación del 2015; pretender echar por la borda que ese texto constituye uno de los aportes del PLD a la institucionalidad y deslinde pleno de un Estado de Derecho en la República Dominicana.

Danilo Medina y Leonel Fernández trabajan en dos frentes: uno diferenciado, hacia lo externo del PLD; y otro coincidente y obligatorio hacia lo interno: garantizar la permanencia del partido en el gobierno. Lo han reiterado con deberes, su decisión es mantener la unidad del PLD.

¿Qué hacer ante quienes no quieren ver ni oír? La convergencia en los fines estratégicos del PLD es el punto álgido que une y mantendrá unidos a estos líderes. Valoran la importancia y deber de aportar a la institucionalidad y al desarrollo económico y social dominicanos; al fortalecimiento de un sistema democrático de derecho que inicia respetando la Constitución.

Pese a que palabras muchas se han dicho para quienes tienen oídos para oír y muchos actos e imágenes se han realizado y despachado para quienes tienen ojos para ver.

Danilo Medina y Leonel Fernández son, por eso y ahora, rostros de un PLD sin competencias que mantiene en miras preservar el poder, fortalecer la democracia y la institucionalidad del Estado, propiciando el bienestar y el desarrollo.

Lo demás es pura chercha nacional. Hasta prueba en contrario.

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