El todavía o la repetición de la memoria

Ciertos antropólogos que creen e que los objetos portan cierta “identidad, que podrían interpretarse y que son comparables a voces de las cuales pueden extraerse interpretaciones de sociales, consideran que los mismos representan una manera de lenguaje y que nuestra misión es entenderlos y “traducirlos” y por ello buscan cómo concebir lo que es representable según su ideología,. .

La historia comienza en las causas y es juzgada en los efectos. La existencia de una taza para tomar café es parte de una causa que va desde el descubrimiento de una planta africana o árabe, hasta una elaboración que da paso a la necesaria idea del uso de muchos objetos, entre los cuales la taza, o el recipiente, o el instrumento, no son más que una respuesta a la causa. Pero sin dudas, el ser humano, parte de las causas. Sin ella la taza de café seria solo, “a lo mejor” un proyecto. Al fin de todo, la ringlera de causas y efectos son también dependencias es también la reunión de modos de trabajo consolidados, coagulados, en confluencia social, productos del modo de vida social.

Con “experiencia de catálogo” el recreador de un tiempo equivocado desconoce, se lanza al mundo de la interpretación sin tener sapiencia para ello, y al proponer, sin capacidad y sin consulta, desemboca en una irracional fusión de ciencias que hace tiempo están separadas, conformadas con fronteras precisas, aunque algunas, ahora, se estén transformando. Modo de vida, modo de trabajo y modo de continuidad se anudan para hacer posible el movimiento que nos hace cambiar y transformar la sociedad.

Habría que preguntarse si una interpretación histórica es o no es, también, el modelo que el Estado, al través de sus “gestores,” favorece. Sin dudas los elementos ideológicos estatales pueden ser una turbamulta de contradicciones modelo de fusiones ideológicas y políticas, dominados por intereses socioeconómicos.

En la discusión de las causas y efectos de “lo histórico” y de su interpretación residen las interpretaciones que se presentan como soluciones ya habidas o ya por haber. Soluciones que en ocasiones son realmente “gerundicas”, algunas de las cuales se balancean entre lo negativo y lo positivo, mientras otras se “deciden” con ser parte de una sola solución.

Desgraciadamente, sobre los trabajos de búsqueda de sorpresas, no existen los textos para la conversión histórica.

En el fondo todo viene atado a la memoria. Queremos que el pasado sea mas “tocable”, que tocarlo sea una suerte de confirmación de lo que hemos vivido. Somo imaginistas de la historia. Buscamos por eso los símiles del pasado, deseamos meterlos en museos y exhibiciones, y a veces terminamos aceptando los desaguisados de los restauradores de monumentos y su concepción personal de los mismos, cuando para cada monumento.