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COLABORACIÓN

Obreros “anegan” la calle

Acaba de celebrarse el Día del Trabajo, festividad que ha ido perdiendo fuerza en el mundo después que media humanidad enclavada en el calvario comunista celebraba y conmemoraba hipócritamente ese día con manifestaciones y retóricos discursos para “proteger y defender” a los trabajadores de la explotación capitalista. La crisis moral (la madre de todas las crisis de ese infierno) del socialismo, porque todo empezó, recordemos, con la ola de desencanto de las sociedades europeas atrapadas en la Cortina de Hierro; el derrumbe del muro de Berlín, y la secuencia del desvanecimiento del espíritu dictatorial de los regímenes comunistas acosados por una crisis económica que devino en crisis política. Recuerdo siempre la reflexión de Václac Havel, expresidente de la República Checa: “ningún ejército derrumbó el sistema, solo fue suficiente “la vida, el espíritu humano, la consciencia, el diarismo, el rechazo del hombre a la manipulación”. Caído el sistema fue desvaneciéndose el movimiento obrero, signo de que se había producido una ola de indignación con los gobiernos que mantenían ese sentimentalismo dominante y falsario de exaltar a sus trabajadores subyugados por el antisistema, y que llevó a las sociedades a cierta indiferencia con el movimiento obrero. En el país reíamos del desprestigio de las centrales obreras dominicanas para convocar a los obreros para ir a la calle y cuando el Gobierno hubo de dar el paso de someter una reforma a dicho código que incluía la eliminación de la indemnización por cesantía, y que realmente hizo el proyecto más complicado y polémico para el Gobierno, la calle se “anegó” de trabajadores que alzaron su voz, se dejaron sentir. Las autoridades se vieron compelidas a enmendar su contenido aunque consciente que el principio fundamental del proyecto es flexibilizar las normas laborales dominicanas, consideradas muy rígidas.

El empresariado ha venido planteando la necesidad de reformar esas normas para mejor y mayor inversión, mejor productividad y competitividad que se corresponda con la nueva realidad económica actual; que mejore la cantidad y calidad del empleo.

El modelo tendrá que conciliarse más antes de seguir adelante con tan controvertido proyecto. Todo parece indicar que tendremos un movimiento obrero redivivo, que amanse la indiferencia.

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