Injusticias

El poder judicial es la fuerza que sustenta el equilibrio de una sociedad.

Una sociedad que no castiga la injusticia es capaz de vender la integridad de sus miembros a la inmoralidad de sus pecaminosos propósitos.

Es perder la inocencia sin haber ofendido y confesar sin tener culpa y habiendo actuado bien es tener que lamentarse de actuar correctamente. La injusticia es la tentación de abandonar la conquista de la integridad.

Ante los ojos de Dios y Su providencia, merecemos la serenidad cuando nuestro corazón está oprimido y la libertad de la reclusión impuesta por el malvado que negocia los valores a la perversidad. Cuando una sociedad defiende sus principios, una persona es inocente hasta que se demuestra lo contrario, pero cuando se hace injusta, la persona es culpable hasta que se demuestra su inocencia.

Cuando no se hace justicia frente a la injusticia, caminamos hacia la disolución social sin sustentación de los valores que nos dignifican como nación.

En nuestro país, el poder judicial tiene el gran compromiso de retomar la fuerza moral que representa la paz social.