Su dios, es Dios

Si de algo estamos conscientes en nuestra experiencia de vida, es que la mano de Dios en el tiempo, hace justicia frente a las adversidades de la maledicencia que nos rodea.

Observar en lo social el descrédito de los que se nutren de la falsía es una prueba innegable.

En lo político, la verdad siempre vence la manipulación de los que incumplen las promesas a los pueblos, teniendo que elegir el camino de la soledad.

En lo deportivo, se hacen reos de su vigencia en las posiciones dirigenciales, para luego salir por la puerta de atrás marcada por la insaciabilidad.

El mensaje es claro; en muchas adversidades debemos recurrir al tiempo que necesita Dios para impartir la justicia que el hombre no puede lograr.

Frente a la derrota del que se cree todopoderoso, debemos recordar las palabras de Ramsés, faraón de Egipto, cuando llegaba derrotado frente a Nefertiti luego de ver abrir las aguas para impedir sus tropelías frente a Moisés y el pueblo de Israel, que abatido por el peso de la justicia sagrada, exclamó: “Su dios, es Dios”.