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FUNDACIÓN SALESIANA DON BOSCO

En la vida hay amores

En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse, dice el cubano Julio Gutiérrez en su canción, escrita en 1944. Hagan constar que en ese año yo no había nacido todavía, aunque estaba a ley de un hit.

También Don Bosco tuvo un amor sublime, hecho sueño a los nueve años, que nunca olvidó y al que entregó alma, vida y corazón. No fue un amor de aventura, sino de compromiso. De ahí su frase: “Me basta que sean jóvenes para amarlos”.

Ese amor a la juventud es imposible olvidarlo, porque él lo ha sembrado profundamente en el corazón de los salesianos y de la familia surgida de su inspiración, integrada por más de treinta instituciones. Por eso los salesianos (SDB) van de la mano con la juventud, en cualquier parte del mundo que se encuentren. Más que una sigla SDB (Salesianos de Don Bosco) es una marca del compromiso inolvidable con el carisma del Padre y Maestro de la Juventud.

Ese amor inolvidable de Don Bosco y los salesianos va dirigido preferencialmente a la juventud más pobre, marginada, abandonada, arrastrada, la que se encuentra en peor situación. Para mantener la fidelidad a ese amor comprometido de Don Bosco, los salesianos mantienen una constante reflexión y cuestionamiento sobre la misión que tienen por delante. En estos días los salesianos (SDB) están reunidos en lo que se conoce como Capítulo Inspectorial de Las Antillas, una asamblea de delegados de las obras de Don Bosco establecidas en Cuba, Puerto Rico y República Dominicana.

Están reunidos para adoptar actitudes de renovación de su amor por los jóvenes y emprender iniciativas actualizadas, para abordar con profesionalidad la problemática juvenil, dando testimonio del amor aprendido de Don Bosco.

Quieren renovar su compromiso de amor y fortalecer su misión a favor de la juventud pobre, abandonada y en peligro, conscientes de que la juventud necesita una mano amiga en estos tiempos alocados en que el matrimonio y la familia se tambalean.

En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse y menos el que surgió de la pasión apostólica de Don Bosco. Así lo aseguran con su trabajo y testimonio quienes siguen sus huellas y reciben el nombre de salesianos.

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