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La era de la economía parasitaria

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DARIS JAVIER CUEVASSanto Domingo

El hecho de que, a escala planetaria se puedan realizar billones de transacciones a diario en los lugares calificados como paraísos fiscales, es una muestra irrefutable de que se transita por un auge de las operaciones financieras especulativas sin límites. Se trata de que todas estas operaciones expresen signos de un mundo trasnacional desregulado y de una escasa voluntad de desarticular estas malas prácticas.

Son grandes fortunas que se refugian en lugares donde se ocultan sumas de dinero de origen dudoso producto del fraude y el blanqueo de capitales, en los denominados paraísos fiscales. En concreto, estos paraísos fiscales, o cuevas financieras, operan muy activos en países como Bélgica, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Malta, Chipre, Uruguay, Panamá, Hungría y las Islas del Caribe.

Los países europeos que sirven de paraísos fiscales son víctimas de una evasión fiscal que alcanzan las cifras de apróximadamente un billón de euros y omisión fiscal de 50.000 millones derivados del fraude. Estas operaciones de origen ilegítimo han puesto en riesgo la integridad del sistema financiero de la Unión Europea, razón por la cual Bruselas ha dado la alerta de que el blanqueo de capitales está conduciendo a niveles de alto riesgos al sistema financiero global.

A la Luz de la razón, el blanqueo de capitales está en el corazón mismo de las actividades delictivas y representa una amenaza para la estabilidad económica y política de los Estados.

Pues con el fenómeno de la globalización existen extraordinarias posibilidades de desarrollo para las redes de criminalidad organizada dedicadas a actividades como el tráfico de drogas, el comercio ilegal de armas, el soborno y los fraudes financieros, las cuales son especulativas y parasitarias.

El blanqueo de capitales es un problema muy grave en América Latina, ya que en la región se utilizan fuertes canales no bancarios que viabilizan el incremento sistemático de estas prácticas, que conducen hacia una economía parasitaria en perjuicio de la economía productiva. Se trata de un factor importante de desarrollo de una economía ilegal que busca legitimarse a través de las operaciones de triangulación bancaria con países de secreto fiscal.

En el proceso de triangulación desaparecen los rastros del origen criminal del capital blanqueado cuando se reinvierten en múltiples actividades, como la prestación de servicios turísticos o financieros, o los negocios inmobiliarios. Se trata de la construcción de una economía parasitaria que ha logrado penetrar los bancos norteamericanos y europeos que reciben del blanqueo de capitales entre 500 mil millones y un billón de dólares en dinero sucio anualmente.

Existe una creciente- mente fragilidad en los sistemas bancarios, fruto de que los grandes bancos están siendo usados como canales para transferir cientos de miles de millones de dólares de origen ilegal, a través de la corresponsalía bancaria, cuyo volumen económico a nivel mundial alcanza la impresionante cifra de 2,8 billones de dólares, equivalente a 2,9% del PIB mundial.

Pero resulta que cientos de miles de millones de dólares son transferidos fuera de los países, lo que obliga a que las autoridades de cada país establezcan regulaciones más efectivas.

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