Que inicie ya la jornada de vacunación

Las autoridades de salud, a través del Programa Ampliado de Inmunización (PAI), informaron que el lunes 22 de abril iniciarían una jornada de vacunación de cuya realización hasta hoy no se tiene noticia.

Quizás porque se informó en un entorno mediático inhóspito: en medio de lo que para las mayorías es un “jolgorio”, el feriado de Semana Santa.

Se esperaba que tras anteayer esa Jornada empezara.

Decir no es hacer. Quien sólo dice, no hace. “Por sus hechos los conoceréis”. Lo saben los profesionales sujetos a la comprobación. Especialmente cuando Bosch es extrañado y su ideario refulge. Para quienes la incidencia mediática refiere a las acciones, dicho Plan de vacunación es silencio. Información no es propaganda.

Desde su designación, el ministro Sánchez Cárdenas se dedicó a continuar y profundizar la participación dominicana en los enclaves que promociona la Organización Panamericana de Salud (OMS/OPS) para negociar medicamentos, incluyendo vacunas, a menor precio, a favor de la economía de los organismos de salud regionales, dedicándose a ello para que el país disponga de las vacunas necesarias.

El tema ocupa un lugar destacado en la gestión de la salud colectiva: incita al sistema inmune a desarrollar protecciones ante el ataque de patógenos ambientales, las zoonosis, las ETS y los virus.

La conveniencia de las vacunas la tratan importantes agencias e investigadores: siguiendo, analizando y elaborando “comentarios” sobre el desarrollo, aplicación y eficacia clínica de las existentes y nuevas, ante el surgimiento o descubrimiento de patologías contagiosas y de rápida propagación.

Al analizar las vacunas contra enfermedades conocidas o en investigación, los especialistas también enfocan las disposiciones públicas al respecto. Sayaka Ikeda y colaboradores llaman la atención del sistema de salud de Japón sobre dos situaciones riesgosas: a) la baja tasa de chequeos preventivos de cánceres causados por el virus del Papiloma Humano (VPH) y b) la falta de un programa de vacunación contra este mal (“Expert Review of Vaccine”, Vol 18, 2019, Número 4, 323-325), que República Dominicana sí posee.

Previniendo enfermedades, las vacunas salvan vidas y contribuyen a lograr los objetivos de salud.

Las higienes pública y comunitaria, el control y eliminación de vectores (moscas, mosquitos, ratas, gatos, perrosÖ), la calidad del agua y el drenaje y la vacunación son acciones obligadas, de permanente ejecución, a cargo de las autoridades de salud de las naciones.

Estudios realizados y la experiencia acreditan la efectividad de las vacunas contra el Neumococo, el Virus Epstein-Barr, el cáncer cérvico-uterino (virus del Papiloma Humano), la Influenza, la Malaria, el Sarampión-paperas-rubéola, el Zika-Dengue, las ETS y otras.

A los ministros se les culpa por todo. Incluso del abordaje deficiente de las responsabilidades en las unidades de la Salud Colectiva. Esto pone en riesgo a la gente, a las naciones y a las jerarquías institucionales nacionales; acredita la ingobernabilidad, traduciéndose en inaceptables tasas anuales de mortalidad en determinados indicadores.

Las vacunas están. De aquí la importancia de acompañar al Ministerio de Salud, velando, demandando y apoyando la realización permanente del programa de vacunación y sus jornadas.

Manos a la obra. Que esa jornada inicie ya. Evitemos muertes.