Un debate secular en torno a los prohombres

Después de la guerra restauradora, tras el convulso sexenio de Buenaventura Báez, 1868-1874 (y al cabo del cual, según Pedro Henríquez Ureña, llegó a su término “el proceso de intelección de la idea nacional”), fue cuando algunos de los más connotados intelectuales comenzaron a debatir acerca de la trascendencia histórica de los hombres y mujeres que hicieron posible la proclamación de un Estado-Nación libre e independiente, al igual que del lugar y jerarquía que ellos debían merecer, primero en la gratitud nacional y luego en el Panteón que albergaría los restos de los próceres, héroes y mártires.

Entre la pléyade de los fundadores de la República, especialmente entre quienes contribuyeron de manera significativa a la defensa del territorio nacional en el decurso de la guerra dominico-haitiana y de la guerra restauradora, el general Pedro Santana fue, ha sido y todavía sigue siendo el personaje más controversial.

Desde finales del siglo XIX las polémicas en torno de su figura, si merecía o no la categoría de prócer de la República, no han estado ausentes de la opinión pública y del ámbito académico. En un magnífico ensayo titulado “Santana ante la historia”, y que figura en el libro: “Brevísima selección sobre las ideas políticas en los escritos de Francisco Antonio Avelino”, publicado con los auspicios del Archivo General de la Nación, 2017, su autor se refiere a las diversas polémicas públicas suscitadas en torno a Santana. El primer debate público sobre Santana lo protagonizaron el historiador nacional José Gabriel García y el escritor Manuel de Jesús Galván, entre 1899 y 1894, en las páginas de los periódicos “El Teléfono” y “El Eco del Pueblo”. El historiador Avelino refiere que García y Galván “discutieron hasta la saciedad lo negativo y lo positivo de las actuaciones políticas del caudillo de las guerras de la Independencia...”