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POLÍTICA Y CULTURA

La conspiración de Ramfis en 1969

En 1970, la táctica anti reeleccionista había logrado aglutinar las más disímiles fuerzas políticas del país con coincidencia en el “Cuartel”, alrededor del desplazamiento del presidente Balaguer del Poder político. Balaguer sabía que Washington tenía objeciones a su primera reelección de 1970, y que no era favorito para perpetuarse en el mando, ya que los norteamericanos entendían que Augusto Lora, Héctor García Godoy o cualquier otra figura podrían encabezar la continuidad del proceso iniciado en 1966. Es por ello que Balaguer estimula la conspiración de Ramfis Trujillo y permite los trasiegos y romerías permanentes desde San Isidro a Madrid, de prácticamente todo el alto mando de la Fuerza Aérea de 1967-69, sabedor Balaguer del resentimiento de Ramfis con Estados Unidos, en quien veía responsabilidad directa en la muerte de su padre. Ramfis levantó un discurso tercermundista, y logró juntar a su alrededor a oficiales destacados del sector opuesto a la revolución constitucionalista de 1965, y a una parte de los militares que defendieron la soberanía nacional y el retorno a la constitucionalidad.

Hay una anécdota relatada por los propios participantes en la segunda reunión celebrada entre “mansos y cimarrones”, en la oficina de Ramfis, en Madrid, donde un alto jerarca de la Base Militar de San Isidro, se negó a ponerse de pie ni a saludar a uno de los héroes emblemáticos de abril. Ramfis al observar la escena, de manera enérgica, le ordenó a ese General, que se pusiera de pie inmediatamente y que le hiciera el saludo al militar constitucionalista. El General de San Isidro así lo hizo. Luego le exigió que se abrazaran, señalando que en la contienda del 65, el constitucionalista estuvo del lado correcto de la historia, indicando que ahora estaban unidos por un objetivo común. Esta escena es absolutamente real y le fue contada a quien escribe por ese militar constitucionalista. El General de San Isidro, al cual me refiero está vivo. Ramfis intentó por diversas vías invitar al coronel Francisco Alberto Caamaño para departir y proponerle su plan militar de retorno a Santo Domingo, para supuestamente hacer un gobierno de corte liberal a la usanza de los Generales Juan Velasco Alvarado del Perú, Omar Torrijos de Panamá y Juan José Torres de Bolivia, y que fueron de corte rabiosamente nacionalista y antinorteamericano. Caamaño consultó de inmediato al profesor Juan Bosch en Benidorm, España. Bosch le dijo, que él, Caamaño, era más grande que todos los Trujillo juntos, que era un héroe universal, y que no permitiera jamás ninguna comunicación con ese tipo de gente. Esa respuesta de Bosch a Caamaño, al ser informado por éste, de la invitación de Ramfis, me la relató el ayudante militar de Caamaño en Londres, quien acaba de morir en New York, y quien estuvo presente en la casa del profesor Bosch, acompañando al coronel de abril. Los datos aparecen en mi obra, “De Trujillo a Fernández Domínguez y Caamaño”, Premio Nacional de Historia 2013.

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