Cielo afuera, infierno adentro

El presidende del PRSC, Quique Antún, regresó el miércoles en la noche, después de la reunión del Foro Permanente de Partidos Políticos con Leonel Fernández.

En todo caso tampoco habría asistido, pues en el tiempo de su presidencia mantuvo la posición de que no debía invitarse a precandidatos o presidentes de partidos que no formaran parte de la entidad.

El encuentro sorpresa no fue producto de consenso, sino una situación forzada por directivos y miembros que ocuparon cargos en la administración de Leonel Fernández.

Gente contrariada con Danilo Medina, o porque no la consideró en su nueva gestión, o la dejó fuera desde la primera, o no supo subsanar discrepancias ocasionales.

Medina no tiene el temperamento de Fernández que aguantaba ñoñería a los aliados o les permitía libertades indebidas.

El dato es importante para calcular o entrever posibilidades en relación a los comicios del año que viene. Los que besaron la mano del expresidente, sin hablar, dejaron claro el panorama.

Solo volverían al redil del PLD si Fernández es el candidato. En el hipotético caso de la reelección de Medina, que con ellos no se cuente.

Terminó marzo, inicia abril y mayo será un mes clave para definir dentro y fuera de los partidos, pues no debe olvidarse que comenzando junio habrá que decidir las cuotas de reserva.

Es un callejón, y ese no sería el problema, sino la falta de salida. A cargo de quién o de cuál las cuotas si todavía en junio no se tendrá candidato, que será cosa de octubre. La reforma es el cuento de nunca acabar, pues la inminencia solo está en la mente de los interesados, de quienes creen que pueden pescar en río revuelto.

En el PLD no puede pensarse en primarias hasta tanto no se determine el rol a desempeñar por Medina, de si participa en el evento o se queda al margen.

No es bueno escribir guion en papel de estraza, pues con el primer capricho se arruga y se tira al zafacón. Fernández no quiere solución, sino salida, y desde el principio cree que debe forzarla.

Esta noche deberá conocerse el informe de la comisión encargada de adecuar los estatutos a la Ley de Partidos, y por mucho que se haga, de seguro que nunca se propondrá que se reconozca valor a las firmas o formularios que presente un aspirante.

No hay cielo afuera que salve del infierno adentro.