Divorcio y política

La principal causa de los divorcios no son los matrimonios, como pretendía justificarlo aquella promoción de una marca de whisky muy conocida. Pero hay una causa que bien debería ser estudiada como causante de muchos divorcios, es la política, o más bien el activismo político, que trae consigo desvaríos inimaginables en la relación matrimonial y familiar. Son muchos los casos donde ese activismo político ha hecho estragos, como son, entre otros: abandono del hogar, infidelidades, engaños, mentiras, deslealtades.

El divorcio no es la solución o bien debería ser el último recurso para terminar una relación de pareja. Pero cualquiera de los esposos, y de manera especial la mujer, que cuando decide abrazar la política como su acompañante “fiel” en la vida, no hay nada que pueda evitar una separación definitiva de la pareja.

Las campañas políticas dirigidas siempre hacia lo exterior, solo “benefician” a los candidatos, no al interior de la comunidad matrimonial.

Conozco de casos, que la mujer ha perdido toda perspectiva de su compromiso matrimonial, que inoculada con el virus de la política, no ha sido capaz de valorar a su conyugue, optando o prefiriendo el acompañamiento de gente, que en la mayoría de los casos carece de escrúpulos. Un mal negocio, pués sustituye a alguien dispuesto a cualquier sacrificio, por algo que no vale la pena conservar.

Es incomprensible, que alguien decida cambiar la felicidad del matrimonio por algo efímero y un ámbito donde impera la insinceridad.