El primer mensaje de Jesús

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: ‘El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Marcos 1:14.

Esta misión de Jesús, de salvar a la humanidad, es la encomienda más trascendente que jamás una persona haya tenido, y constituye, sin duda, una demostración del amor incomparable del Altísimo. En Galilea, el enviado del Padre comenzó su ministerio: la predicación del evangelio de Dios, esto es, las buenas noticias que provienen del Todopoderoso, para reconciliar al hombre con Él.

“El tiempo se ha cumplido”. El momento señalado por Dios ha llegado. Ahora empieza el tiempo del Hijo, esperado, profetizado, anunciado, para cumplir el propósito de salvación.

En efecto, la predicación del evangelio inicia una nueva era para el mundo entero. Invita a la gente a vivir bajo la voluntad divina, con una propuesta de dos verbos en imperativo: “Arrepentíos y creed”. El primer mandato es un llamamiento al cambio de la mente, la transformación del alma, la renovación del hombre interior, a la conversión, a volverse a Dios.

“Creed en el evangelio”. Este requerimiento no es precisamente aceptar un conglomerado de principios intelectuales o dogmáticos, sino a sentir en el corazón la certeza de que el anuncio de Jesús es la verdad, que el mensaje de salvación y vida eterna es completamente cierto.

En fin, el evangelio es la buena noticia de que la muerte y resurrección de Cristo ofrecen salvación a los pecadores. Por eso a los que creen es “poder de Dios para salvación”.