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EN POCAS PALABRAS

Pacto Eléctrico

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Juan Guiliani CurySanto Domingo

Se pudiera pensar que en gran parte de los sectores del país reina una especie de circunspección de que el Pacto Eléctrico negociado a través de la instancia del denominado Consejo Económico y Social (CES) que preside el prelado católico, monseñor Agripino Núñez Collado, constituya la solución a la problemática estructural eléctrica del país. El llamado Pacto Eléctrico, iba a ser firmado la semana pasada después de tres años de discusión entre diferentes sectores de la sociedad. Al parecer, la no firma se debe a que no se ha logrado un consenso entre los diferentes actores que han estado involucrados en el mismo. El Gobierno, interpretará que no puede ponerse una “camisa de fuerza”, sin que haya habido primero un asentimiento entre los actores del Pacto. El fin de semana pasado, un organismo apéndice del gubernamental Partido de la Liberación Dominicana (PLD) a través de su secretaria de asuntos energéticos, pidió una revisión de las disposiciones negociadas alegando que existe un disenso en 28 puntos aun no consensuados por el CES. El órgano de política energética del PLD cree pertinente la convocatoria de nuevas rondas donde además, se incluirían temas como, La Ley General de Electricidad y sus modificaciones, la Central Termoeléctrica de Punta Catalina y el futuro del holding de la paraestatal Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) Agrega la instancia técnica del partido oficial, que en los 28 puntos de disensos, se escenificaron fuertes debates y divergencias entre los actores que discuten el Pacto y que algunos de ellos decidieron abandonar la mesa de negociaciones. El Partido Revolucionario Moderno, de oposición, se descantó en contra de la firma argumentando la existencia de discrepancias en distintos puntos en el entorno de las negociaciones. Sin embargo, la principal institución empresarial del país, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (C0NEP) se pronunció a favor de la firma del Pacto Eléctrico, en un comunicado a la prensa, el pasado 22 de febrero. El Conep entiende que el Pacto Eléctrico es una hoja de ruta que llevaría al sector energético hacia un ente competitivo, confiable y sostenible, después de 50 años de crisis en el servicio eléctrico que ha padecido la nación. Puntualiza, el Piso 12 de la Sarasota 20 que: “el Pacto Eléctrico, es un mandato legal que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo, estamos conscientes de que su éxito estará directamente vinculado a la voluntad política y compromiso nacional que se manifieste para su estricta implementación”. El máximo liderato empresarial admite, que hubo disensos en 14 puntos contra 212 de consensos en discusiones que llevaron miles de horas de debate en más de tres años de encuentros. En todo este arroz con mango, el Gobierno, que se ha caracterizado por su mesura y prudencia - y sobretodo - de tener un ojo clínico en las mediciones de percepción de la opinión ciudadana - juzgue conveniente abrir un compás de espera - mientras los actores contrapuestos, recompongan sus posiciones e intereses en aras de un consenso que recoja las aspiraciones de las partes para sellar un Acuerdo Nacional de Amplio Alcance hacia un Pacto Eléctrico confiable y sostenible. La pregunta: ¿Funcionaría este ‘Pacto Eléctrico’ en situación de disenso, con Punta Catalina ya en el Spring Training con su primer arranque de bateo de 36.5mw? ¡Cambio y fuera como dice Martínez Pozo!

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