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EN LA RUTA

Miopía táctica y... energética

Pretender decir que el Pacto Eléctrico es un documento perfecto, es tan falso como afirmar que continuar sin una norma que fortalezca la eficiencia, eficacia y seguridad jurídica del sector eléctrico, le resulta beneficioso al país.

De ahí la repulsa y el desencanto que ha causado en la sociedad el desplante hecho por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) a la rúbrica de este acuerdo, que entre otras cosas procura combatir los incumplimientos, las distorsiones en los perfiles, las insuficiencias legales y las contrariedades existentes en las normativas y los procesos que rigen el sector.

Con su actitud, y bajo una serie de argumentaciones más enfocadas a la quisquillosidad técnica que a la conveniencia práctica, el PRM no solo torpedea el pacto sino que también boicotea el trabajo de más de 6 años de discusiones, tranques, argumentaciones, consensos y disensos entre los diferentes sectores, entiéndase intereses (económicos y políticos), que pudieron finalmente arribar a un entendimiento y hacer, aunque laborioso, del pacto el anhelado “parto”.

Aunque le beneficie, el acuerdo eléctrico no es un capricho de la actual administración sino un mandato directo de la Estrategia Nacional de Desarrollo del año 2012, que en su artículo 35 estableció la necesidad de que en un plazo no mayor de un año las fuerzas políticas económicas y sociales arriben a un pacto para solucionar la crisis estructural del sector eléctrico, aunque años, decretos y forcejeos después, no se haya hecho.

Y es que desafortunadamente, la suma de cegueras y mezquindades de quienes deben poner los intereses nacionales por encima de los particulares se ha interpuesto a esta urgencia para el desarrollo nacional y el avance en la solución de un problema histórico que afecta la calidad de vida y frena la competitividad del país.

Salvo el expresidente Hipólito Mejía, quien con la visión de Estado que le da haber sido estadista, respaldó la firma del mismo, el PRM mostró con esa táctica abortiva una preocupante miopía estratégica porque se opuso a algo que aun no perfecto, está llamado a beneficiar a la población que hoy les reclama y los culpa. Definitivamente la sensatez se les fue de vacaciones ya que debieron firmarlo aunque inmediatamente propugnaran por su modificación.

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