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¡Bien, por los estudiantes De La Salle!

Sencillamente conmovedor, impactante. En estos tiempos de confusión y dolo, de incierto presente y auge de la delincuencia en todos sus niveles, los estudiantes del prestigioso Colegio dominicano De La Salle, realizaron el XXXV homenaje a la Bandera nacional, en un acto dedicado a la Sociedad Secreta La Trinitaria, en ocasión del mes de la Patria. Bajo los primeros rayos del sol desfilaron estos jóvenes abanderados izando la enseña nacional tricolor a los vientos, toque de flauta y dedicatoria sensible a la memoria de los patricios. Se apoderaron del recuerdo y trocaron el viejo mundo de las miserias humanas, la descomposición social, la pérdida de fe, en reciedumbre ética y vigoroso compromiso con el legado, con las claves esenciales de la dominicanidad y la lucha contra los sucedáneos infames del timo y la mentira.

El director general del Colegio De La Salle, Avelino Guerrero, expresó: “Eso hacemos los Lasallistas: creer en nuestra Patria. Este acto de juramento es un punto de llegada y un punto de partida. Durante meses hemos estado trabajando con nuestros alumnos y alumnas este acto de amor a la Patria. Dominicanos y dominicanas, crean en su Patria, crean en ustedes. Porque aunque parezca difícil, solo hay que estar al tanto de lo que pasa en nuestro país; y aunque algunos con sus hechos y palabras, parezcan mostrar lo contrario, otra Patria mejor es posible”.

La Patria es terruño y nacionalidad, identidad, creación de valores, fundamento y esencia de valores permanentes, forjadores de metas promisorias. Duarte decía que vivir sin Patria es vivir sin honor. La Patria es sacrificio y compromiso. Negar la Patria es el primer peldaño hacia la disolución de nuestras esencias primarias. En el mundo que habitamos se mueven intereses perversos llamados a desconocer el sentido y proyección de la nacionalidad. Anulando sus efectos humanos, jurídicos y sociales, se pretende despojarnos de la esencia fundamental de diferenciación y homogenización de los fundamentos en los cuales se erige la nación. En su pluralidad enriquecedora, la cultura es un movimiento de ideas y costumbres que requiere la concreción de un patrimonio colectivo identificado con sus perfiles y características propias de su desarrollo y la defensa de sus derechos a igualar como conglomerado propio. El poeta argentino Jorge Luis Borges, dijo en uno de sus textos, que Patria no era el jinete que alto cabalgaba en la plaza, que Patria éramos todos, y concluía, “arda en mí/ ese límpido fuego misterioso”.

El patriotismo es amor a las raíces y al destino comprometido de las luchas democráticas de generaciones de dominicanos. El patriotismo no es negación de las Patrias ajenas, sino respeto y dignidad en recíprocas relaciones, en votos permanentes de solidaridad e intercambios, sujetos al reconocimiento puro y simple del “otro”, en un mundo subdividido y multiplicado en una pluralidad impresionante.

Pero la Patria es altar y sacrificio, no oportunidad para depredar el erario ni para erigirse en mando absoluto de los destinos nacionales, como hizo Trujillo. El director general De La Salle, expresó taxativamente, “Otra Patria mejor es posible”, llevada en los cantos y en la fuerza moral de las nuevas generaciones, conscientes de la necesidad de producir transformaciones sociales e implementar la regeneración del tejido social y espiritual de nuestro pueblo. Claro que otra Patria mejor es posible. Los jóvenes Lasallistas demostraron que esa Patria vive, que renace del infortunio, que niega la politiquería predominante, que exige compromisos, que busca representantes idóneos para plasmar sus ideales, que requiere un cambio de timón político para darle a la República, con el concurso de sus fuerzas más representativas, un espacio de realizaciones, que supere la praxis de las inmensas mayoría de gobiernos que han fracasado moral y humanamente, en la dirección del Estado.

Todos los días son días de angustia y preocupación de la familia dominicana, en medio del desconcierto y la inseguridad ciudadana. Todos los días son días de atropello moral al destino de un pueblo. Todos los días son días en que disminuye la esperanza, el concierto de voluntades capaces de unirnos en propósitos nobles para adecentar las estructuras del Estado y recuperar el país que perdimos hace tiempo. Es entonces, cuando, los jóvenes Lasallistas, empuñan la bandera de los Trinitarios de 1844, y dicen que, una Patria mejor es posible. Es la respuesta de las nuevas generaciones no corrompidas por el consumo, no alienadas por el egoísmo ni la francachela, quienes se reencuentran con la memoria de nuestros padres fundadores, de quienes establecieron la diferenciación social, económica y política de nuestros objetivos superiores, el marco de una nación vigorosa e independiente, que haga respetar sus tratados, sus fronteras, el marco jurídico de su organización como Estado.

Queremos la Patria que renace en los jóvenes del Colegio De La Salle. Deben organizarse en todas las escuelas, marchas, homenajes, ofrendas a los patricios, que conlleven compromisos, bajo la consigna de que “otra Patria mejor es posible”, y que esa Patria germine en la decisión de un pueblo, cuyas raíces son ataduras del decoro y de la dignidad que Duarte y sus compañeros forjaron con sacrificio y amor, y por la cual han muerto tantos patriotas en todas las etapas y ciclos de nuestra historia. Es hora de Patria y de honor. Los jóvenes del Colegio De La Salle, nos lo acaban de recordar.

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