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En Venezuela lo del 23F va en serio

Hasta el tarado más notable del mundo debía darse cuenta cuando el cuento termina. Lo del 23 de febrero va en serio: Venezuela será liberada, comerá y tendrá medicinas, luego habrá de arreglarse su economía.

Según la prensa se acopia medicinas y alimentos, para un pueblo hambriento, en Cúcuta, fronteriza con Colombia; en Roraima, con Brasil, en Curazao, bajo control de los Países Bajos, además de Estados Unidos, Canadá, Chile y otros, enviarán toneladas de ayuda.

El día 22 previo al ingreso de las ayudas habrá un concierto, organizado por el filántropo inglés, Richard Branson, para recaudar USD$ 100 millones de dólares para Venezuela, un país que en los últimos años dilapidó más de USD$ 200 mil millones; en ese concierto “Venezuela Aid Live”, al que irá el presidente Duque, con artistas como Alejandro Sanz, Luis Fonsi, Juanes y Carlos Vives, y de seguro, habrá miles de personas de ambos lados de la frontera.

¿Abrirá fuego Maduro a los civiles que asistan? ¿Seguirán las órdenes los militares venezolanos? ¿Están bajo control los 20 mil milicianos cubanos que le colaboran? No lo sabemos.

Desde el punto de vista legal del derecho internacional público, las naciones que han reconocido a Guaidó como Presidente Interino de Venezuela están dentro de la Ley y de la lógica mundial para asistir a un pueblo que está en emergencia humanitaria: Está solicitando ayuda un Gobierno legal, reconocido por casi todas las naciones democráticas, en particular, de América, excepto por México y de Uruguay, por cuestiones estratégicas en razón de que sirve la mesa de un diálogo político.

En cualquier tranque, en el Concejo de Seguridad de Naciones Unidas por los votos de Rusia y de China, el caso quedaría como es habitual en la organización regional, la OEA, desde donde Almagro, su portavoz, denomina como dictadura el régimen sucesor de Chávez.

¿El puente bloqueado en Cúcuta -y en los demás puntos- detendrá a los civiles hambrientos que buscan comidas y medicinas?

Abrir fuego a la multitud sería la última insensatez de un Gobierno carente de legitimidad y de apoyo que ha destruido sistemáticamente el país más rico del subcontinente, sería un delito de lesa humanidad, sin posibilidad de amnistía y, no parece que ni el Gobierno de Cuba autorice a sus militares allí a cometer tal desatino fuera de su territorio: los militares cubanos fácilmente quedarían atrapados fuera de su país, imposibles de ser evacuados a tiempo, pasibles de un juicio y de la ira de los venezolanos.

Maduro no está desafiando a Estados Unidos, ni a América o Europa, está desafiando la razón en la comisión de un crimen de lesa humanidad: No es un invento que tres millones de venezolanos hayan emigrado y que al resto, se los está llevando el diablo, sin necesidad.

Si la ayuda entra, es obvio que Maduro en días cae, si la impide con violencia, se hunde de inmediato dando el pretexto para una acción directa y un juicio por crímenes en contra de la humanidad que no tiene cómo enfrentar:

Es tiempo de negociar su salida para que Venezuela vuelva a vivir.

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