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ORLANDO DICE

Pensando en 2024

UNO: FLECHA AL AIRE.- La encuesta aclara -cuando lo considera menester- que responde lo que le preguntan, y que no tiene la culpa que ante la pizarra cada interesado se deje atrapar por sus emociones. Solo ven el resultado, tanto a cuanto, y no averiguan cómo se consiguieron esas carreras, o el desempeño particular de cada jugador. Ahora se trae a cuento o se descubre que las respuestas se corresponden con las preguntas, pero que las preguntas no fueron las de rigor. No hubo error, pero sí bulto. Y posiblemente quienes contrataron música por adelantado, deban cancelar la fiesta o cambiar fecha y lugar. La situación política del país es más compleja de lo que se ve a simple vista. Al menos no todo es Leonel Fernández y Danilo Medina, y las mediciones del subsuelo advierten una serie de imponderables que podrían ser cruciales. Se conocen los estudios de mercado de Fernández o de sectores que promueven su causa, pero no los de Medina, y el gobierno no deja nada fuera de escrutinio. Y algo igual de importante. Cuando compara las propias con las ajenas, coinciden, y como gustaba repetir a Juan Bosch: “Un corazón honrado no engaña nunca a su amo”. Y en relación al caso el amo sería gobierno y también oposición, y la cuantía en cuestionamiento sería de un tercero.

DOS: LA MISMA AGUA DE COCO.- Igual sucede con la recién aprobada Ley Electoral. Se conoce la pieza que llegó a manos de la comisión y se tiene la versión que fue sancionada por las dos cámaras y que ahora irá al Ejecutivo para su promulgación, o hipotética observación. Lo que no se sabe es cómo se llegó a esa conclusión. Los entendimientos no caen del cielo, por lo que no hay suponer, sino dar por hecho que las bancadas se acercaron, intercambiaron y lograron lo que se llama consenso. Consenso perverso, pero consenso al fin. ¿Por qué no se pudo acordar un proyecto de Ley Electoral, teniendo la comisión tiempo de sobra, y cerrada la legislatura, y ante una convocatoria extraordinaria de días, las dificultades desaparecen como por arte de magia? Magia no hubo, pero sí arte. Arte de negociación política. Y como el Ejecutivo entra en la escena del Legislativo, fue un resultado de alta política. Nada raro, nada extraño, aunque si la continuación del trato de aposento entre fuerzas políticas que viven reclamando transparencia, pero que la propia no se sabe para cuando. Aconsejé no perder de vista la mata, y era porque sabía que por donde le entró agua al coco en la Ley de Partidos, también a la Electoral. Los mismos actores e iguales intereses.

TRES: ELLAS... INSATISFACCI”N Y ESCARCEOS.- En un sector de las mujeres del PRM existe insatisfacción, y con razón, pero también escarceos. Las compañeras no creen que el golpe de la cuota fue obra de Dios y no de los diputados, o de los partidos, o de los líderes, o de los candidatos. Así no fue que se habló, y para peor fue un palo acechado. Entonces se dice, y se atribuye a diputados seguidores de Danilo Medina, que ese y otro punto fue negociado o acordado por debajo de la mesa. Y todos los ojos miran hacia Luis Abinader, pues fue su grupo en la Cámara de Diputados que se entendió con los oficialistas para pasar la Ley de Partidos, en particular las conflictivas primarias. Abinader niega dicha ocurrencia, que la bancada de oposición o de su partido o de su núcleo más cercano no tiene fuerza para imponer cosas, y mucho menos tumbarle el pulso al gobierno. Y a su favor alega lo sucedido con el voto de arrastre. El PRM quería eliminarlo y se conoce la posición del presidente del partido y senador José Paliza. El arrastre se quedó, los diputados serán sustento del senador, y la única razón que se comenta es el interés de Medina de contar con mayoría en el Senado, aun fuera del poder. Habrá que ver más adelante, pues se habla de que las diputadas del partido Moderno someterán una enmienda a la Ley Electoral después del 27 de febrero. E incluso no se descarta acudir al Tribunal Constitucional.

CUATRO: DE CAPA Y ESPADA.- Como ocurre con todo lo que se deja de último: Importa la ley, no si es buena o llena el cometido. Como el guión y la película de ahora se parecen al guión y la película anteriores, se entiende que se trata de la misma productora. El sello de Palacio sigue haciendo maravillas, pero en las dos ocasiones la marca responde a la César Nicolás Penson. Y el alegato sería el mismo. Es mejor tener ley regular a no tener ley. Que Dios coja al PRM confesado, pues entre su propia gente existe inquietudes o temores de que el partido haya caído en un gancho. Si gancho una vez, sinvergüenza es. Si gancho dos, sinvergüenza yo. Por cierto que los comisionados del PRM no entienden cómo es que los seguidores de Leonel Fernández se oponían a la prohibición de las inauguraciones previas a elecciones, y los de Danilo Medina no. Suponían que por lo de la antirreelección “por principio” serían los más interesados, y no fue así. Para muestra basta un botón, y ese desacuerdo fue todo un ramo de rosas de lo difícil que era conciliar o consensuar, cuando no solo había que tener en cuenta los callos de los partidos, sino de las tendencias y grupos. De seguro que los leonelistas estaban pensando en el 2024. ¿2024? Así como se lee...

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