Alternabilidad sesgada

Hoy día, la poca alternabilidad en la dirigencia deportiva ha sido el denominador común del deporte. La permanencia en los mandos dirigenciales del deporte obedece a un método que consiste en favorecer a los subalternos votantes y representantes, en las instancias de las diferentes disciplinas deportivas que componen la plataforma de la pirámide o estructura que representa el movimiento deportivo. La inamovilidad dirigencial cuenta con los recursos económicos, no solo del Estado para sus actividades, sino que también se asocia y alimenta de los empresarios conquistados en el sector privado, que buscan presencia en el escenario deportivo; y ni hablar del peaje político, que se agencian para influenciar en las decisiones que se tomen para lograr eventos económicamente productivos para sus intereses particulares, aportando el activismo político que los representa. Pensamos que hoy día las mafias deportivas dominan la opinión pública, silenciando las críticas y vendiendo las bondades para conseguir la efectividad con que estos dirigentes mueven sus tentáculos secretores de prebendas, con el precio que se paga con el mantenimiento de su imagen pública. Así nos hacemos una idea de que el deporte en las últimas tres décadas, lo analizamos pura y simplemente, como si se tratara de una mafia que se nutre de entidades vivas con capacidad de expansión a nivel mundial, con características únicas que predisponen a la actividad de gangrenar las partes sanas del tejido social. La complejidad de la naturaleza del objetivo rebasa el campo de investigación tradicional del factor delictivo, porque a la vez se asocia de manera organizada. Este fenómeno explica la creación de nuevos paradigmas que carecen de todo tipo de escrúpulos, para mantenerse en las posiciones dirigenciales. Siempre hemos pensado que, en la alternabilidad está el verdadero desarrollo y crecimiento del deporte en todas sus vertientes, porque son muchos los jóvenes con capacidad para remozar y crear nuevas ideas y mejores resultados, con base en la transparencia de sus acciones democráticas, auditadas con el deber que requiere el saneamiento de sus obligaciones.