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ORLANDO DICE

TC, quejas y la JCE

UNO: EL TIEMPO NO SIEMPRE ES ETERNO.- Denunciar la Ley de Partidos después que el proyecto fuera aprobado fue uno de los tantos sin sentido de la política dominicana. Tiempo hubo de evitar situaciones, y los partidos que hoy se quejan, no se dieron cuenta a tiempo que no tenían velas en ese entierro a menos que fueran al velorio como se va a los velorios. Esto es, con el debido respeto. En cambio quisieron echar pulso y ganarse la opinión pública como si esta tuviera senadores y diputados y pudiera cuidar su suerte. Mal haría el Tribunal Constitucional si solo atiende el derecho y pierde de vista el contexto político. La Junta Central Electoral va trabajando y sería ingrato que se altere o perjudique su cronograma. Puede darse el caso de un partido o grupo de partidos a los que se les pueda reconocer derecho, pero nunca dar razón. El proceso es más importante que esas pequeñas piezas que intentan ampararse en la justicia constitucional al no tener cabida en la electoral o resolver por su propia fuerza. La ignominia no es buena, pero tampoco la necedad. Las elecciones del 2020 serán complejas, y no sería justo que uno que otro partido se dedique a complicar y no a disponer su participación...

DOS: LOS ESPACIOS Y LAS POSIBILIDADES.- El hecho de que las elecciones del 2020 tendrán dos tiempos, uno en febrero y otro en mayo, y de que el poder municipal o la representación en las cámaras constituyen instancias estratégicas, abre un abanico de posibilidades. Como las alianzas tan adelantadas complican el panorama, las coaliciones podrían servir de salvavidas, siempre y cuando se interprete adecuadamente la figura y no se recurra a mañas. No sería tanto que los partidos pequeños compitan con los grandes, sino que los pequeños aprovechen la oportunidad de lograr posiciones por sus propios medios. Los grandes en ocasiones son mezquinos, pero también se dan casos de generosidad excesiva. Ahora habría que esforzarse más, asumirse con libertad y probar suerte. Importa el puesto, pero igual aumentar la votación, pues la Ley sería una guillotina si los partidos no se cuidan de su rigor. Los candidatos sobran, y serían más si se incentiva, si se despiertan aspiraciones dormidas. Solo que deben ser más selectivos y no apuntar o postular al primero que aparezca o haga la diligencia. El potencial lleva a pensar que la disputa no será deportiva, de cantidad, sino de calidad. La excelencia podría jugar baza, y con éxito...

TRES: EL ELEMENTO DEL CAMINANTE PERDIDO.- Un elemento a considerar es si la boleta se abre o se cierra, o cuál de las situaciones podría ser más favorable. La sociedad civil o los llamados comunitarios están contando con que ahora en el 2020, como nunca antes, tendrán la oportunidad de probar suerte. Una suerte que sería igualmente diferente, pues los partidos no los incluirían en su oferta electoral en razón de su notoriedad, sino de sus innegables aportes. El movimiento social demostró fuerza en las calles, hombres y mujeres que marcharon y entonaron consignas, aunque nunca rivalizando con los partidos. Los motivos de que por qué la protesta (la verde, por ejemplo) no se atrevió a ir más allá del ejercicio de caminar, nunca quedaron claros. Se conocen casos de desprendimientos que intentan, pero solo basta verlos para saberlos fallidos. El fuerte, el grueso, prefirió replegarse antes que emprender una aventura o jugar un albur. La frustración podría ser su destino. Clamaron, pero no puede decirse que fuera en el desierto, pues hubo arena y viento y sol, pero no las palmeras y el estanque del espejismo. Ahora, esas ganas están ahí, pues ninguno de los programas fue asumido por los partidos que se suponen con posibilidades de poder...

CUATRO: EL MUóECO QUE NO HABLA.- Hubo partidos que cultivaron la protesta, aunque nunca hicieron suyas las consignas. Los discursos por igual les quedaron grandes. Sin embargo, consideran la posibilidad de atraer a la boleta electoral a sus dirigentes más connotados. A los que tengan verdadera vocación de poder, pues los petulantes deben consumirse en su salsa. Los acercamientos existen, y sobre todo ahora que se harán las encuestas para fines municipales y congresuales, incluyen sus nombres, de manera que las decisiones no se tomen en base a simpatías o colindancias, sino reales números. Esta situación se daría más en el interior del país que en la capital o la gran provincia de Santo Domingo. E incluso se estaría pensando en la conveniencia de que se inscriban y participen en las primarias o diferentes modalidades de convención y consulta. Una acción muy apropiada, pues no solo se cumpliría con los requisitos de ley, sino que se evitarían las quejas, resabios y resentimientos de los militantes originarios que interpretarían como privilegio cualquier licencia que favorezca al recién llegado. El muñeco tiene cabeza, tronco y extremidades, pero falta que hable, y que lo haga adecuadamente...

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