La UASD, obligada a reinventar su Escuela de Comunicación Social

La estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), familiarizada con luchas radicales para poder sobrevivir y avanzar, enfrenta ahora un desafío interno mucho más complejo. Un contexto en el que surge de manera destacada su Escuela de Comunicación Social, que esta semana celebra el 66 aniversario de ser fundada.

El mundo de las tecnologías de la información y la comunicación, las famosas TIC, ha experimentado un cambio meteórico en las últimas dos décadas. Los paradigmas impuestos en ese lapso han impactado a las universidades, profesores, profesionales de la comunicación, textos de referencia, estudiantes, medios tradicionales, digitales, redes sociales y a otras ciencias.

En la Escuela de Comunicación de la UASD se produjo, desafortunadamente, una especie de colapso. Por mucho tiempo solo convivieron en precario movimiento la desganada burocracia y la docencia convencional haciendo milagros para ofrendar a la sociedad profesionales competentes, en una planta física inhóspita.

Sin embargo, hoy se pretende retomar la mística que inspiró a Manuel A. Amiama en 1942 con el Instituto de Periodismo siendo rector de la UASD; a los fundadores de la Escuela de Periodismo mediante ley número 3476 del 24 de enero de 1953, con su rector Rafael F. Bonnelly y sus catedráticos Germán Emilio Ornes Coiscou, Cristóbal José Gómez Yangüela, Ramón Lugo Lovatón, Francisco Prats Ramírez y Manuel Valdepere.

También de quienes retomaron la misión tras el ajusticiamiento del tirano Rafael L. Trujillo el 30 de mayo de 1961, y decidieron reabrir la Escuela de Ciencias de la Información Pública a finales de 1963, con el surgimiento en la UASD del Movimiento Renovador, a la cual estuvieron vinculados los profesores Freddy Gatón Arce, Rafael González Tirado, Carlos Curiel y otros.

Así como el tesón de los diferentes directores que batallaron en este largo trayecto para que no sucumbiera una de las escuelas de comunicación más antigua de América Latina.

En el aciago trayecto que vivió la Escuela en las últimas décadas, cedió a las máximas autoridades de la academia el periódico impreso El Universitario, fundado el 12 de enero de 1970 como taller para sus estudiantes, y no se avizoran fórmulas para recuperarlo junto a la versión digital www.eluniversitario.uasd.edu.do.

Félix Almonte, actual director, ha emprendido ingentes esfuerzos para que comience a funcionar una moderna sala de redacción computarizada, que por fin salgan al aire las emisoras de radio y de TV-UASD, bajo gerencia de la Escuela de Comunicación, así como la urgente conclusión del rediseño curricular y actualización de los programas de estudio, sin los cuales es imposible redefinir el perfil del nuevo egresado que requiere la sociedad dominicana.

Mientras tanto, Almonte mantiene sobre la mesa un ambicioso programa de proyectos y otras iniciativas que ya están en ejecución, enarbolado durante el proceso electoral que lo llevó a la dirección de la Escuela. Además, fue juramentado como presidente de la Asociación de Escuelas de Comunicación Social (Adecom), integrada por la UASD y las universidades Pontificia Madre y Maestra (Pucmm), Católica de Santo Domingo (UCSD), Tecnológica de Santiago (Utesa), Interamericana (Unica), Dominicana 0 & M y de la Tercera Edad (UTE).

Ahora bien, debemos crear conciencia de que los retos se advierten más exigentes para la rectora de la UASD, Emma Polanco; el decano de la Facultad de Humanidades, Augusto Bravo, y el actual director Félix Almonte. Ojalá que los actos programados para celebrar el 66 aniversario de la Escuela de Comunicación Social, donde expondrán connotadas figuras del periodismo, sean el punto de partida para situarla en el lugar que le corresponde dentro del cambiante mundo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Esta sería la principal clave, ante la presente realidad, para formar profesionales competentes, emprendedores, con capacidad de análisis e interpretación, como lo requieren ¡Ya! la sociedad y el campo laboral de la comunicación social.