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¿Fue Juan Pablo Duarte un Padre de la Patria?

Desde la antigüedad grecorromana, hay títulos que solo se otorgan a lo más granado o selecto de la sociedad. Cuando los romanos denominaban a alguien Pater Patriae, era porque ese personaje había realizado innumerables servicios al Estado, descuidando familia, riquezas y una vida en paz, y muchas veces muriendo trágica y heroicamente.

Juan Pablo Duarte se ve retratado en esta definición, que es más amplia que la nuestra, que habla de padres de la patria como héroes fundadores de manera puntual.

Lo primero es que nace en una familia muy acomodada, que le permitió estudiar fuera del territorio nacional. Pudo, perfectamente, haberse dedicado al comercio y vivir una vida tranquila y burguesa con una esposa e hijos, pero usó todos sus recursos para combatir al ocupante haitiano y crear un Estado independiente.

Esto le costó paz, seguridad, una vida normal, y verse condenado a vagar por el mundo como exiliado la mayor parte de su vida, pobre, olvidado. Muchos de sus compañeros de lucha claudicaron rápidamente de esos ideales y principios que en un inicio defendían y se volvieron ministros, generales, diputados, y empezaron a ganar dinero, pero él decidió mantenerse constante en sus ideales, y eso lo mantuvo en una pobreza eterna, pero digna.

Varias veces pudo haber sido Presidente, pero no tenía ambiciones políticas, sino que creía en los ideales y en defenderlos. Que otros tuviesen los laureles y sus efigies grabadas en monedas, él solo tenía su lucha, su misión de defender la patria que fundó y que tan mal le pagó.

Duarte regresa tras la anexión a España, y decide prestar sus servicios al gobierno restaurador, servicios que serían los últimos que prestaría a su patria. Fungió como diplomático, solicitando al Presidente Falcón que suministrase armas, municiones y vituallas para los restauradores, cosa que le concedió el mandatario.

Tras cumplir su misión, vuelve a sumergirse en su pobreza, en el olvido colectivo, y posteriormente, en la enfermedad y en la muerte. La figura de Duarte lentamente fue rehabilitada, hasta que se llevó al estatus que tiene.

Cada día que pasa su figura se agranda, ya que se vuelve lo que todos queremos ser: un joven cortés y estudioso, un buen hijo, un hombre de acción, un militar disciplinado, un político de altos ideales, un patriota, en suma: un ejemplo para todos.

En este nuevo aniversario de su natalicio, tratemos de recordarlo amando nuestra patria y protegiéndola, ya que esa será la herencia que dejaremos a futuras generaciones de conciudadanos.

Autor: Dr. Néstor Saviñón

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