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ASUNTOS DE DERECHO

El monstruo de 21 caras

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Matias Modesto del Rosario HijoSanto Domingo

El caso Glico-Morinaga, o también conocido como el monstruo de las 21 caras, se remonta a la década de los 80’s, el gigante de la comida japonesa Ezaki Glico fue chantajeado por un misterioso grupo, que se hacían llamar “El monstruo con 21 caras”.

Comenzó con dos hombres armados que irrumpieron en el hogar del presidente de Glico, secuestrándolo frente a su familia.

Los sujetos mantuvieron al ejecutivo en un almacén, llamaron a la compañía y exigieron 100 millones de Yens y 100 Kg. de oro en lingotes. La víctima escapó del almacén sin saber aún si su compañía pagaría o no por rescatarlo. Un par de semanas después, muchos autos en el estacionamiento de la compañía fueron incendiados, entonces, el “Monstruo” comenzó a enviar cartas. En la primera carta el Monstruo anunciaba haber envenenado los dulces de Glico, lo cual le resultó a la empresa en una pérdida de $21 millones de dólares en productos, que debieron ser retirados del mercado.

El número pudo haber sido una coincidencia, pero ¿otra vez? El monstruo se mofó de las autoridades indicando el lugar donde se encontraba la máquina de escribir con la que mandaron la carta y el contenedor donde dejaron el recipiente del ácido que utilizaron. Pero no importaba, la policía buscó a los criminales por todo el país, pero fue inútil. Pronto, y sólo para demostrar que estaban jugando con la mente de todos, el “Monstruo”, sin razón alguna, envió una carta ofreciendo su arrepentimiento dirigida a Glico, y no le causó más molestias a esta empresa. El Monstruo cambió su foco de atención hacia otra compañía de comida: Morinaga.

Otra carta fue enviada muy similar a la que mandaron a Glico, pero en esta ocasión, la investigación resultó en un total de 21 paquetes con restos de cianuro de sodio altamente tóxico.

La policía, desesperada, creyó dar un vistazo a la mente maestra detrás del Monstruo durante una entrega de dinero (el grupo de criminales había exigido dinero en efectivo de otra compañía).

Uno de los oficiales describió a la mente maestra como un hombre que tenía “ojos como los de un zorro”, lo cual le dio el apodo del “Hombre ojos de zorro”. El mismo hombre misterioso fue visto después en un auto, durante una operación policíaca, pero escapó. Hasta el día de hoy, nunca se pudo atrapar a los delincuentes…...casos sin resolver, todo esto según archivos y fuentes policíacas, utilizados en la página: “Noche de terror”.

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