Santo Domingo 25°C/25°C few clouds

Suscribete

POLÍTICUSWEB

Monte Plata celebra patronales embriagada de fiestas y tradiciones

El sonido de los atabales, panderos cristianos, güiras y tamboras, mezclado con el ritmo ensordecedor de los colmadones, bandas de música, discotecas, corridas de caballos y oficios religiosos, convierten durante once días al pequeño pueblo de Monte Plata en un lugar paradisíaco de República Dominicana.

Miles de personas invaden cada año la comarca, fundada hace más de cuatro siglos por los colonizadores españoles, para adorar en una fiesta pagana cristianizada a la Virgen de la Altagracia, desde el día 11 hasta el 21 de enero.

Monte Plata, ubicado a 40 minutos de la capital, es el municipio cabecera de la provincia que lleva el mismo nombre, la cual tiene una extensión de 2,614 kilómetros cuadrados, con una población de alrededor de 185 mil habitantes, según el censo del 2010.

Su posición geográfica la convierte en la única provincia del país que hace frontera con otras nueve provincias: Santo Domingo, Sánchez Ramírez, Duarte, Samaná, Hato Mayor, El Seibo, San Pedro de Macorís, San Cristóbal y Monseñor Nouel.

Pero Monte Plata tiene otras características especiales, porque es uno de los pocos pueblos que celebran dos fiestas patronales en un año. En junio persiste la tradición religiosa mucho más antigua, pero de menos efervescencia, con las novenas de adoración a San Antonio, considerado por muchos como el verdadero patrón histórico.

No obstante, la verdad es que la fiesta de adoración a la Virgen de la Altagracia no tiene ejemplo. Su actual dimensión y participación comenzó a modelarse cuatro décadas atrás cuando grupos de jóvenes dieron un giro cultural y político a su celebración, con la benevolencia de sectores de la iglesia Católica.

Fue para esa época, de represión y persecución, que segmentos poblacionales de la oposición consideraron en Monte Plata que la clase gobernante utilizaba las fiestas patronales como vehículo ideológico y lograron el control del comité organizador.

Pero con el paso del tiempo, al superarse las condiciones históricas que impusieron un modelo diferente de celebración de las patronales, sus características cambiaron radicalmente adaptándose a los nuevos tiempos y manteniendo las tradiciones esenciales que le dieron origen.

Así, Monte Plata continúa presenciando los espectáculos de fuegos artificiales, las fascinantes noches de atabales en la “Enramada de los Palos”, la entrada de los ramos con toques de panderos cristianos, que se replican en las misas de la iglesia y los pases de bandera de los comisarios.

También, la entrada de los Toros de la Virgen el día 19 , cuando la embriaguez de la tradición llega a su clímax acompañada por una cabalgata de cientos de caballos que colocan a la concurrencia al borde de la locura.

Entonces, en cada esquina, en cada vía, en cada comercio, en cada drink, en cada car wash y en cada colmadón, como en la Esquina de Tony”, no queda espacio para la inmensa diversión de los monteplatenses y los miles de visitantes.

Tags relacionados