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OTEANDO

Escatologismo perverso

Emerson Soriano

“Cada quien da de lo que tiene”. Anónimo.

La mañana del lunes 7 de enero, día del Poder Judicial, todos los dominicanos fuimos testigos de la más vandálica acción llevada a cabo por grupo de protesta alguno en el país. Unos falsos revolucionarios -partiendo de su forma de proceder- lanzaron frente al edificio que aloja la Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría General de la República, cuidadosamente enfundadas, porciones de heces humanas.

La acción no solo ensució las paredes del edificio, sino también nuestro supremo lábaro patrio, la Bandera Nacional, símbolo de nuestra soberanía, de nuestra identidad como pueblo y de nuestro sentido de la unidad nacional.

Los desaprensivos y desesperados participantes en esa afrenta se regodearon en ella públicamente en franco desafío a la autoridad y a lo que somos como pueblo. ¡Y así reivindican para sí el nombre de izquierdistas! Fui de izquierda en mi juventud y no recuerdo ningún escrito de Marx o Lenin que adiestrara en tan “noble uso de los excrementos”. Al contrario, ser de izquierda suponía observancia plena, o casi plena, de los valores éticos y el civismo en nuestras conductas.

Lo que nos está sucediendo es que nuestro desempeño de nación decente, quiere ser permeado por cierta rémora política que hace inercia al proceso de democratización y avance del país. Amargados por su imposibilidad de acceder al poder -porque, ¿quién es loco para virar su rostro electoral hacia verdaderos primates para que lo dirijan?-, se desesperan y caen en la anarquía y lo burdo.

La acción demanda la más enérgica respuesta de nuestras instancias judiciales, una respuesta que impida a dicha rémora avanzar e ir estableciéndola como algo normal, porque en lo futuro podría convertirse en un recurso común. Y es que aquí habitamos seres humanos, no primates, para que nos quieran mostrar ante el mundo como animales sin raciocinio que involucionamos en vez de evolucionar.

Con la pretensión de acceder al poder, en cierta ocasión dizque reflexionaron y hasta postularon a alguien a un cargo electivo, que creo aún ostenta, en lo que no resultó más que una falsa muestra de que dejarían el terrorismo como forma de lucha, integrándose al proceso democrático de nuestro pueblo. Pero no se puede pedir peras al olmo y los amigos de ese colectivo “botan permanentemente el cobre”

Lo que no saben es que el pueblo los conoce y ve que coinciden en escenarios diferentes, con personas que tienen distintos intereses. Por ejemplo, esa misma figura que fue grabada diciendo improperios del Poder Judicial es la misma que apareció hace unos días reivindicando los derechos de cierto “sindicato” frente al Ministerio de Industria y Comercio, porque éste vio amenazado su monopolio en el transporte de la 27 de Febrero, dirigido por un personaje que fue diputado y tiene el mismo lenguaje público de su pupilo y ahora, para colmo, se cree con aptitudes para ser Presidente de la República.

Y la verdad es que, apreciado ingenuamente, el grupo que cometió la acción comporta una importante “evolución”, si como se comenta en las calles -cosa que no me atrevo a asegurar-, de grupo terrorista y a veces hasta mercenario, ha pasado a lanzar heces en vez de balas.

Siempre recuerdo una anécdota que me contaba mi padre, alusiva a cierta esposa de un señor que recibió, de parte de la amante de éste, un envase lleno de heces, y a seguidas, le ordenó por correlativo un ramo de flores con el siguiente mensaje: “Cada quien da de lo que tiene”. Parece que este grupúsculo solo da de lo que tiene.

El autor es abogado y politólogo

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