Retrato de Ellis Pérez

Reproducimos este artículo publicado el 14 de enero a la firma de Luis Fernández en ocasión del cumpleaños de Ellis Pérez quien el próximo lunes celebra sus 83 años de vida.

Luis Fernández Caballero siempre, en primer lugar.

En RD, su pueblo virgen, hermoso y natal.

Gentleman en USA o Canadá, Lord en Londres.

Monsieur en Francia, el Cavaliere en Italia.

Ellis parece que nació para agradar, ayudar, bendecir

a cuantos conoce, a cuantos estimuló desde un micrófono.

Elegante siempre, atento, seguro, en traje o chacabana.

Príncipe, con su Francia detrás o al lado por toda una vida.

Hablador consciente del idioma de Cervantes o el de Shakespeare.

Oidor atento, facilitador nato, observador desde las gradas

cuando no está lanzando. Domina el escenario, el play, al público que no lo cree ni lo ve en el juego.

Sonrisa permanente, el saludo cordial, la memoria prodigiosa, le hacen ser un humano muy especial. Correcto, puntual, profundo, más alto que el pico nuestro para mirar y colaborar.

Hombre de sabia y bien administrada conciencia, consejero prudente, catador privilegiado, afortunado en el amor que su Francia le prodiga al saberlo único, distinto, desde aquel lejano día en que aceptó su promesa, hoy cumplida.

Amante del beisbol y la música, de la buena comida y el trago fino, es auténtico de cabeza a los pies para hacer y conservar amigos.

Fuera y dentro, dominicano ha sido, y en todas las batallas emprendidas conocido, aceptado, admirado, comprendido.

Querido, apreciado y respetado en el sector privado o en el público por su honradez, su bonhomía, su sencillez y calidez humana.

Es comunicador nato, amigo siempre, lector voraz, amante de tantas cosas que solo Francia las supera cuando a su lado o detrás le dice que está bien por hoy, que debe guardar algo para mañana por si alguien le inquiere, le pide o le quiere ayudar a seguir siendo como es.

Es Ellis Pérez. Nadie más. Nada más.