El brexit y el rancho ardiendo

Doscientos parlamentarios británicos dicen que no votaran por el Brexit si no hay acuerdo con la Unión Europea (UE) La situación de indefinición del Brexit obliga a que la primera ministra Theresa May empleé todas sus habilidades y recursos de negociación para poder salir más o menos airosa de si finalmente se queda en la Unión Europea o decide montar tienda a parte, de acuerdo a los resultados del 23 de junio de 2016. Varias cartas tiene la jefa del gobierno conservador que jugar con las opciones de negociación ante Bruselas. La primera, es la fórmula Noruega, que es permanecer con todos los derechos, beneficios y prerrogativas y pagando su cuota, pero sin participar en las decisiones. O sea, una especie de tener voz pero no votos. La segunda, sería adoptar la formula canadiense, que es suscribir un Acuerdo de Libre Comercio con la UE. Y la tercera, es seguir los patrones del multilateralismo comercial que representa la Organización Mundial de Comercio (OMC) asumiendo los riesgos de éste vía, máxime ahora cuando la administración Trump ha asumido una posición de rebeldía en el organismo multilateral retirando sus integrantes de los organismos de apelación de ésta. La posición que hasta ahora más se asemeja en las negociaciones llevadas con Bruselas es la fórmula Noruega, y la que tal vez más convenga al Reino Unido en este ‘berenjenal’ en que se ha metido el poderoso reino británico. Un área sumamente crítica que tiene el gobierno conservador de Theresa May, es el destino de la juventud que se muestra preocupada por las pérdidas de oportunidades de trabajo al dejar la membresía de la UE. Se estima que miles de jóvenes quedarían sin fuentes laborales alternativas en otras naciones del bloque. El profesor peruano Farid Kahhat, graduado de Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada, en la Universidad de Austin, Texas, opina que el mejor escenario dentro de lo que podría ser una situación de incertidumbre y desconcierto, es que el Reino Unido se quede con la fórmula Noruega, respetando el libre tránsito y las instituciones judiciales de la Unión Europea, aunque todo esto constituya una limitante en la toma de decisiones que haga la Unión Europea y donde Downing Street no pueda influir ni ser un actor de primer orden en las altas decisiones que asuma el bloque comunitario en el escenario global. Líderes políticos como Jeremy Corbyn, del Partido Laborista (Oposición) y el ex ministro de Economía, el conservador, George Osborne, advirtieron ya que de persistir la decisión de continuar con la estrategia pro Brexit, los Tories (El partido conservador de la primera ministra Theresa May) saldrían y estarían por mucho tiempo fuera del poder. La decisión de que pasará con el Brexit está en manos del Palacio de Westminster quien decidirá si hay o no divorcio en el 10 de Downing Street, donde dicen ya que el ‘rancho está ardiendo’ al unirse el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, para que se realice un nuevo referéndum y regresar al seno de la UE.