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En Villas Agrícolas han dado la cara

En visita a la zona del siniestro pude apreciar que de las ruinas, las compañías Transgas y Polyplas no han desperdiciado la ocasión de demostrar su sentido de empresas responsables facilitando la necesaria reconstrucción que cierra la grave situación de los afectados. Los dos lados del suceso. De un lado, las víctimas mortales, lamentables pérdidas humanas. En el otro las propiedades que sufrieron daños físicos como consecuencia de la onda expansiva. Villas Agrícolas es un sector capitalino que sin duda precisaba de una rápida respuesta a su crisis que ha logrado, y previamente evaluados los daños hay que precisar y reconocer que las empresas gasífera Transgas y Polyplas se han volcado en ayuda a los vecinos cuyas propiedades fueron dañadas. En buen lenguaje: han dado la cara administrando la contribución a la reconstrucción para evitar el abandono y la soledad que causa la no presencia a tiempo y no someter al sopor angustiante y desmoralizante que origina la espera por un peritaje de los aseguradores.

Los mismos vecinos han empezado a colaborar con su esfuerzo y su buena comprensión a la disposición de las empresas que han desplegado una reparación ordenada, con una dirección clara y sin abusar de la debilidad de la comunidad. Por tanto, pienso que la responsabilidad social de las compañías actuantes realmente entra en una categoría que le permite estar bien con su consciencia y el prójimo. La empresa gasífera ha cumplido con el reto de demostrar que ese negocio de tantos riesgos está en manos hábiles; que habla muy bien de la dirección ética y moral de la empresa porque son valores que existen. Sin embargo, hay gente en los medios de comunicación que no han logrado atemperar sus pasiones y han querido crear un terremoto del suceso que como se sabe es factible por lo complejo del manejo. Si fuera una mera distracción periodística no valdría la pena ocuparse de ella, pero la cuestión es que arrastra consecuencias empresariales.

Hay muchos intereses, y lleva a muchos a presumir que hechos como el sucedido no pueden justificarse como posible de que sucedan y se colocan como portando el aire quejumbroso y hasta conmiserativo de las víctimas y esto obliga a desdramatizar y superar el trágico accidente. Se sabe que en esos sectores quieren presentar el caso como cataclísmico ante el clima anímico de familiares y vecinos, los mismos que atribuyen negligencia o desprecio hacia estas empresas que vienen demostrando con la corrección del problema haciéndolas diferentes por su mística y no turbada respuesta ante los hechos.

Hay que referir que en el mundo son frecuentes sucesos desgraciados como el de Villas Agrícolas, de proporciones bíblicas: en India ocurrió un hecho gravísimo en la planta Unión Carbide causando 4 mil muertos y centenares de miles de heridos; en Rusia, recientemente murieron decenas de personas, 32 desaparecidos y 68 heridos, en fin, centenares de casos ocurrieron en el mundo y el negocio siguen conscientes los productores y consumidores de riesgos. Es decir, accidentes químicos son una problemática social y de salud. Por tanto, no se puede dramatizar este hecho doloroso pero posible para condenar al empresariado netamente dominicano que ha dado pruebas de manejo correcto y adecuado de mercado tan exigente como del gas. Así que siendo justos las empresas Transgas y Polyplas involucradas en el caso pueden ser referencia de su actuación reparadora, y la comunidad reconoce el impulso por lo que pude apreciar, y como todas las instituciones de su tipo la empresa gasífera está y debe seguir concentrada en la prevención. El bien y la verdad apuntan en la misma dirección.

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