Predicción o premonición

En el libro del Génesis (49, 2) encontramos lo siguiente: “...reúnanse que les voy a contar lo que les va a suceder en el futuro”. Esto pretendo cuando no oculto el desenfado que experimento ante la impotencia de carecer de la fuerza necesaria que sea capaz de producir un cambio de mentalidad sobre la migración haitiana, descontrolada por la falta de una adecuada política, diría más bien conciencia del problema que embarga a la nación dominicana.

Confieso que no he sido influenciado por ninguna corriente de pensamiento para expresar las ideas que exteriorizo en función de una responsabilidad asumida por una preocupación social e histórica.

Frente a ese panorama sombrío que describo, el recurso idóneo para examinar a fondo las consecuencias que traerá en un futuro esta irresponsabilidad de los gobiernos de turno solo puede asumirse desde una predicción social, que como diría AlvinToffler aun sin ser científica ni exenta de subjetivismo apunta a un shock del futuro dado los costos personales y sociales que traerá la penetración fría y calculada de una gran parte de la población haitiana hacia territorio dominicano.

El aire futurista o visionario está sustentado en acontecimientos históricos pasados y presentes. Entre otros encontramos algunos significativos. Del pasado, el sangriento episodio del degüello de Moca perpetrado como describió Iván Carvajal en Tribuna mocana por los emisarios del vudú; del presente las enfermedades mortales y los virus, los guetos y la penetración cultural imponiendo un idioma como el creol y el patoi, sustituyendo poblaciones producto de los flujos migratorios continuos de haitianos en nuestra geografía que alterarán nuestra identidad dando como resultado un cambio cultural.

De estos hechos el más reciente es todavía más tétrico el asalto al orfanato de Kay pÀ Giuss que a la fuerza, con ametralladoras, pistolas, machetes, bandoleros se llevaron todo lo que encontraron de una manera violenta. La directora Hermana Marcella Catozza solo atinó a decir “Haití va hacia el abismo, aquí no se construye un futuro diferente”.

Lo anterior mueve a la reflexión, que parafraseando a Bruno Rosario Candelier, la extraña quietud de nuestro pueblo no contribuye a tomar conciencia de que algo grande ocurrirá, donde nueva vez las iracundas huestes asesinas tratarán de diezmar nuestra población con asaltos en las casas y edificios, luchas cuerpo a cuerpo, sin embargo, no se adueñarán de la isla porque tenemos el signo de la cruz como protección y los endemoniados jamás podrán contra el poder y la fuerza de Dios Todopoderoso.