Lo real

En este nuevo año debemos convertir en realidad nuestros ideales. La naturaleza nos enseña que es real que tras la lluvia crezca la hierba, que las flores salgan en primavera y que en su vuelo las aves migren a su casa, como también es real que el salmón nade contra la corriente; pero todo depende de que tengamos la valentía de hacer realidad nuestros ideales, así transitaremos el camino de la perseverancia. En este nuevo año debemos pensar en realidades factibles que se consiguen no solo con la capacidad didáctica, sino con la formación que nos acerca a los principios, y con ellos podemos valorar el tránsito que debemos seguir; un tránsito que nos lleve a ser conformes en la medida que aportemos el sacrificio. Ese tránsito nos enseña que con dignidad somos merecedores de la remuneración moral que tanto necesitamos para invertir en conceptos que ayuden a vivir en reciprocidad, porque no hay manera de hacer realidad nuestros ideales, sin contar con la solidaridad que nace de la reciprocidad de hacer el bien común. Recordemos que en la inocencia no cometemos pecados, pero creyendo y exigiendo justicia podremos tener el camino en el ideal de vivir en un verdadero sistema de derecho, con la calidad que nos brinda lo justo que nos corresponde. La libertad, que es el principal ideal del hombre, precisamente se obtiene cuando no somos reos de la injusticia. En un año como el que inicia, debemos orientar nuestras reflexiones al ideal de lo factible, no de lo utópico, sino a la realidad que tenemos de frente, de empoderarnos para que en nuestra sociedad se logre la abolición de la impunidad, porque así recobraremos esa inversión que históricamente ha realizado todo un pueblo, que hoy reclama y padece por la pérdida de seguridad ciudadana y violencia fuera y dentro del núcleo familiar. Reflexionemos en un año de reivindicaciones, donde el ideal de que el más humilde sea igual al más poderoso ante la justicia sea la más contundente realización que nos haga transitar por el verdadero camino del desarrollo. Es hora de detenernos y pensar que el bienestar real de una nación se mide en los resultados de la mejoría de la calidad de vida de todos los que la componen, y ahí está el principal reto. No se trata de individualismos, se trata del compromiso y la voluntad de los que realmente trabajan para el beneficio de toda la nación.