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En la diana

Primer Tiro Si la teoría del “efecto esteroide” fuese correcta (según la cual el crecimiento de la economía seria explicado por un “endeudamiento público excesivo”), entonces el crecimiento estaría explicado solo por el consumo y la inversión pública, sin ningún impacto del gasto público en el consumo y la inversión privada, y sin ninguna incidencia de las políticas públicas en las actividades productivas del sector privado. Se ha citado en esta columna que la reducción de la pobreza multidimensional de los hogares (principal representación del sector privado) que refleja ENHOGAR correspondiente a los años 2005 y 2017, es un fenómeno que rechaza de manera contundente la teoría del crecimiento en base al financiamiento con deuda del gasto público. Cuando se analizan los datos de la composición del PIB según el gasto, se evidencia que en los diez años transcurridos entre el 2007 y el 2017 el consumo privado creció un 242%. Pero también se puede demostrar que la inversión pública financiada con deuda y una política monetaria expansiva aceleran el ritmo del crecimiento

Segundo Tiro El impacto de un aumento del gasto público financiado con deuda en el crecimiento depende de la magnitud del Multiplicador. Asúmase que la inversión pública aumenta en una unidad monetaria, la cual es financiada con la emisión de deuda doméstica a una tasa del 12% y a un plazo de diez años. A largo plazo se supone que el Gobierno ha aprovechado las mejores oportunidades de inversión, razón por la cual el valor presente (calculado a la tasa de descuento del 12%) de los beneficios de la inversión de referencia asciende a solo 2.5 unidades monetarias, lo cual luce insignificante comparado con los cálculos de la relación beneficio/costo del Post 2015 Consensus de Copenhagen. También se supone que dichos beneficios son reinvertidos anualmente a la misma tasa de descuento y que los intereses de la deuda se deducen de los recursos disponibles para inversión. Por tanto, bajo estas condiciones y supuestos, al numerador del multiplicador hay que sumarle la anualidad del valor presente de los beneficios, y restarle el pago de los intereses, resultando la cifra final de 1.32 unidades monetarias.

Tercer Tiro En el 2017 el consumo final representaba el 81% del total del PIB. Si se asume que la tasa promedio ponderada del ITBIS es de un 15%, entonces se obtiene como resultado que el denominador del multiplicador es de 0.31, resultando un valor final para el mismo de 4.24, lo cual significa que bajo las condiciones y los supuestos asumidos, cada peso invertido por el Gobierno y financiado con deuda publica doméstica, produce 4.24 pesos adicionales de ingresos. Supóngase ahora que el Banco Central asume una posición de política monetaria expansiva, y la tasa de interés se reduce al 8%. El resultado es un aumento del valor presente de los beneficios sociales de la inversión pública, una disminución del pago de los intereses de la deuda, y un aumento de la disponibilidad de recursos para la reinversión, todo lo cual eleva el multiplicador a 4.63. Para que se tenga una idea de hasta donde podría llegar esta cifra, tómese en cuenta que según el Consensus, cada dólar de inversión pública en acceso universal a métodos anticonceptivos, en inmunización y reducción de la malaria, produce beneficios de 120, 60 y 36 dólares.

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