El alguacil: personaje temido

Es un personaje temido como ninguno, sin embargo debemos insistir en que cuando se presenta un alguacil a la casa, debemos recibir el acto que nos notifica a fin de poder defendernos. En francia le denominan huissier. La literatura popular es densa sobre este personaje. La frase ´te voy a enviar un huissierª, tiene un alto contenido coercitivo. Historias trágicas, como la de este huissier (un alguacil francés) cuya particularidad más destacada era que pertenecía al Partido Comunista Francés y en ocasiones tenía orden de embargarles la televisión y los muebles a muy humildes parejas, pues, cuenta la historia que este llegaba con signos de desorientación y sin apenas articular palabra y ejecutaba su trabajo. En una ocasión, acude nuestro huissier a la casa de un amigo; cayendo este ultimo en un profundo sueño de un par de horas, por el susto que se dio al ver el alguacil. En una ocasión nuestro huissier vuelve a llamar a la puerta, ahora a raíz de una petición de acudir con la policía y un cerrajero a la vivienda de un señor mayor, que no respondía a citaciones judiciales desde hacía dos meses. Al forzar la puerta descubrieron que se había suicidado con una cuerda desde la primera llamada del alguacil y tenía el cadáver de su gato estrangulado entre sus piernas. El alguacil realizó su acta de constatación pero nunca se repuso. Otras historias son mas cómicas como la del nieto que envía a través del huissier, una carta a sus abuelos, conminándoles a que su padre pague una multa de tráfico pero los gastos que comporta utilizar los servicios del huissier en caso de no cumplir el requerimiento, oscilan entre los 80 y 90 euros. Otras historias hablan de la frialdad de su eficacia, como los más de 325 expulsados por desalojo en Ginebra en 2008, o el señor de 87 años que fue expulsado en 2009 en Bélgica por una deuda inferior a los 452 euros, o de los riesgos de caer en abusos, como el huissier, que ha sido imputado en febrero 2010 por estafa y abuso de confianza, al haberse apropiado supuestamente de unos 720.000 euros; fue detenido varios meses después de llegar su jubilación. Y para terminar, el austriaco residente en Bélgica que recibió a un huissier por una deuda de 37 céntimos de euro ya que al hacer el cheque al servicio municipal de basuras, olvidó los céntimos de los 236,36 que debía. Estos relatos extraídos de fuentes francesas, aunque un tanto particulares, pues no dejan de ser de vital importancia, a los fines de crear conciencia en los ciudadanos y de una vez por todas entender que el no recibir un acto de alguacil podría generar consecuencias negativas respecto a demandas o situaciones de cualquier índole que puedan estar activas en nuestra contra y obviamente estamos llamados a enfrentar y no a dar la espalda.