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Leonel y la defensa de la soberanía

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VINICIO A. CASTILLO SEMÁNSanto Domingo

El Dr. Leonel Fernández ha cerrado el año muy en alta políticamente, encabezando todas las encuestas que se han realizado, tanto a lo interno como a lo externo del PLD y con el apoyo público que le diera el alcalde de esa ciudad, Abel Martínez Durán, quien se ha convertido, sin duda, en el dirigente peledeísta de más arraigo popular, tanto en la ciudad corazón como en todo el Cibao.

El virtual candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Dr. Leonel Fernández, en su artículo de la semana pasada asumió la defensa de la soberanía de la República Dominicana, al considerar que el Pacto de la ONU Sobre Migraciones contiene cláusulas lesivas al interés dominicano, respaldando las posiciones que eleváramos en la Fuerza Nacional Progresista (FNP) en la lucha llevada a cabo para que el gobierno dominicano no ratifi cara dicho acuerdo internacional, en cuyo texto había participado de manera activa y complaciente.

La posición del Dr. Fernández en defensa de la soberanía dominicana con respecto al tema migratorio haitiano y al crucial tema del Fallo TC-168-13 nadie puede discutirla. Aunque el país no lo sabe a plenitud, el Dr. Fernández, presidente del PLD, fue clave para detener el intento del presidente Danilo Medina y del poderoso sector que encabeza Gustavo Montalvo la tarde del 24 de abril del año 2014, de echar hacia atrás el referido Fallo del TC 168-13 a través de un proyecto de ley denominado “de Reconocimiento de Nacionalidad”, que estaba listo para ser enviado al Congreso Nacional al día siguiente, 25 de abril.

Ese 24 de abril de 2014 fui informado, junto con mi padre y mi hermano Pelegrín, por un distinguido y apreciado amigo que el presidente Medina, se aprestaba a enviar el proyecto de ley de reconocimiento de nacionalidad a los afectados por el Fallo TC-168-13, que no era otra cosa que la anulación del mismo.

Nuestra reacción fue de absoluta inconformidad y rebeldía ante lo que consideramos una especie de “golpe de estado” contra el Tribunal Constitucional.

Ese mismo día salió el decreto de mi hermano Pelegrín designado como Ministro de Energía y Minas. Llamé a mi amigo José Ramón Peralta y le comuniqué que mi hermano Pelegrín había decidido no aceptar ser Ministro de Energía y Minas el mismo día en que se le estaba intentando dar una puñalada en el corazón de la República y su soberanía, a través del proyecto de ley que Danilo enviaría al Congreso horas después.

Recibí instrucciones de mi padre tan pronto nos dieron la noticia de lo que se proponía hacer el presidente Medina, de que contactara al Dr. Leonel Fernández, presidente del PLD, y le comunicara que la FNP se separaría del gobierno y de su alianza con el PLD en el caso de que él se prestara como presidente de esa organización a participar en un golpe contra el TC y la anulación del Fallo TC-168-13. Hablé con Danilo Pérez, asistente del presidente Fernández, y a las 5 de la tarde de ese 24 de abril fuimos recibidos en la Fundación Global, mi hermano Pelegrín, José Ricardo Taveras, que era director de Migración, otro dirigente de la Fuerza Nacional Progresista, y quien esto escribe.

Transmitimos al presidente Fernández nuestra posición fi rme y decidida en defensa de la República y del Fallo TC-168-13. La respuesta del presidente Fernández fue clara y tajante de que no aceptaría, bajo ninguna circunstancia, como presidente del PLD, una ley que le diera un golpe de Estado al TC y que aboliera el Fallo 168-13. Planteada la crisis, el presidente Fernández llamó al presidente Danilo Medina y así se pudo detener el zarpazo artero de la llamada “Ley de Reconocimiento de Nacionalidad”, que se pretendía enviar al Congreso al día siguiente.

Escribo por primera vez lo que ocurrió para dar testimonio de la defensa de Leonel Fernández con el tema de la defensa de la nacionalidad dominicana y del Fallo 168-13. Cónsono con lo que igualmente hizo posteriormente, cuando la Corte Interamericana de los Derechos Humanos tuvo la “frescura” de ordenar a la República Dominicana cambiar su Constitución y abolir el Fallo 168-13 para darle la nacionalidad dominicana aleguen haber nacido en la República Dominicana. En aquella oportunidad, igualmente el presidente del PLD fue a Washington a la sede de la OEA, pronunció un discurso ante diplomáticos acreditados en la capital de los Estados Unidos en defensa de la soberanía de RD. “Le peló el plátano”, como decimos los dominicanos, en su propia casa a la CIDH y explicó magistralmente que por FALLOS tan atrevidos como ese, ese organismo de derechos humanos estaba desacreditado y había perdido autoridad, al involucrarse en asuntos de la exclusiva competencia interna de los Estados miembros de la OEA.

En términos jurídicos constitucionales, la posición de Leonel Fernández ha sido clara y fi rme. Los cuestionamientos fundados que se le hacen sobre el tema migratorio haitiano están focalizados de manera importante, en su decisión de abrir la frontera dominicana al momento de producirse la catástrofe sin precedentes en Haití del terremoto de enero 2010, lo que evidentemente desbordó la migración haitiana sobre la República Dominicana. Leonel Fernández, entonces Presidente, lo hizo bajo la premisa y móvil fundamental de tipo humanitario que la mayoría del pueblo dominicano solidario entendió y no reprochó en ese momento.

De cara al futuro a Leonel Fernández, virtual candidato presidencial del PLD, además del tema jurídico constitucional, le tocará a mi juicio, presentar al país un plan claro y preciso de cómo un eventual nuevo gobierno suyo a partir del ‘20 va a frenar la invasión pacífi ca masiva que existe en estos momentos.

La “dominicanización” de la frontera, como manda la Constitución; empleos para que los dominicanos de la zona puedan trabajar y muchos que no lo son, o que se han ido, vuelvan, serían claves en ese plan. El control riguroso de la frontera; construcción del Muro decidido por un referéndum; la aplicación del 80-20 en protección a la mano de obra dominicana, tendrían que ser ejes centrales para un plan de gobierno creíble en esta sensible materia, en caso de que el Dr. Leonel Fernández decida con la rigurosidad e importancia que tiene frente al electorado dominicano.

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