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PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

El transporte marítimo

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El crecimiento económico del mundo, es directamente proporcional al auge del comercio marítimo. Si crecen las economías, crece el tráfico marítimo. Si ocurre lo contrario, se reduce. En 2016 y 2017, la demanda de transporte marítimo mejoró, al incrementarse en 2.6%, valor superior al 1.8% del año 2015. Las aguas continentales fueron testigo del transporte de 10 mil 300 millones de toneladas de cargas, lo que representó un incremento de 260 millones de toneladas con relación al 2015. Los buques tanques fueron los mayores protagonistas de este transporte, dirigidos esencialmente a China, debido a la espiral de consumo interno del gigante asiático, con una población que supera los mil 300 millones de habitantes.

El Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) de 2017, arroja que en 46 años (1970 al 2016), se transportaron 121 mil 289 millones de toneladas de petróleo y gas, mercancías a granel, cargas secas y otros productos. En el 2016, el transporte de cargas secas aumentó, hasta situarse en 7 mil 230 millones de toneladas, lo que representó un incremento de un 2%, con relación al 2015. El 44% de este volumen transportado, correspondió a hierro, cereales, bauxita, aluminio, carbón, entre otros; mientras que la carga almacenada en contenedores representó el 24% y los graneles secundarios, se situaron en un 24%; el 8% restante corresponde a otras cargas secas.

Indica el referido informe que el comercio mundial en toneladas millas superó los 55 mil millones de toneladas. Este volumen representó un aumento de 3.2% respecto del año 2015. Asimismo, señala que las economías en desarrollo generaron la mayor cantidad de carga por mar, lo que se sustenta en el hecho de que el 59% del total de las cargas vía marítima, se transportaron desde o hacia los territorios de los países en desarrollo. Esto indica que estos países han mejorado significativamente sus importaciones y exportaciones en los últimos 46 años.

Es preciso destacar que China, La India y Estados Unidos fueron los grandes mercados de transporte de buques tanques, utilizados para transportar petróleo, gasolina, gasoil, gas natural y otros derivados. En el 2016, de estos derivados del petróleo, se transportaron más de 3 mil millones de toneladas.

El transporte marítimo por contenedores se ha visto afectado por el aumento del tamaño de los buques. En los primeros meses de 2017, la cantidad de buques que transportaban contenedores vía el Canal de Panamá, se redujo en un 74%, al pasar de 150 a 40 buques.

Todo este tráfico internacional, necesita unas reglamentaciones que ayuden a redefinir el transporte marítimo. La UNCTAD refiere que la tendencia mundial es avanzar hacia la “digitalización, el comercio electrónico, la computación en la nube, los macro datos, el internet de las cosas y la impresión 3D”, lo que demanda nuevas normas jurídicas.

La tendencia internacional en el ámbito jurídico relacionada con el transporte marítimo, se inclina en fortalecer la seguridad informática, conocida también como ciberseguridad. Lo indicado previamente consiste en la elaboración de nuevas normas que garanticen la protección efectiva de las informaciones privadas y confidenciales, que se almacenan en los servidores y que sirven de soporte al comercio marítimo. Para ello, la Organización Marítima Internacional (OMI), definió en el año 2017 las “Directrices Sobre la Gestión de los Riesgos Cibernéticos Marítimos”, que se resume en “identificar, proteger, detectar, responder y recuperar”.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en su informe de 2017, señala las dificultades de las pequeñas economías, los Estados insulares y los países sin litoral para insertarse con éxito en los mercados mundiales, debido a las restricciones de conexión del transporte marítimo. Estas limitantes se traducen en un mayor costo de los bienes que se transportan hacia esos países, lo que incide en los costos finales al consumidor y por tanto, en la profundización de los niveles de pobreza.

La UNCTAD demuestra que estas dificultades pueden superarse si se elaboran planes y se toman las previsiones necesarias en el marco de las negociaciones de los acuerdos comerciales, los cuales deben incluir el “desarrollo de la infraestructura de transporte”.

Otras debilidades que se observan en el transporte marítimo en los ámbitos nacional, regional o intercontinental, es la falta de conexión entre los puertos, debido a que los países “protegen sus servicios de cabotaje marítimo nacionales frente a la competencia extranjera” (UNCTAD 2017).

Por supuesto, estas dificultades para la conectividad marítima, trae como resultado la afectación de la competitividad de los países pequeños en los mercados mundiales. Lo ideal sería que las grandes corporaciones navieras den apoyo al transporte de carga local, para de esta manera, movilizar las mercancías con buques de enlaces, lo que se traduciría en el acceso de importadores y exportadores al tránsito marítimo internacional, logrando la competitividad de las infraestructuras portuarias.

La navegación interna, el transporte regional vía terrestre y el uso de ferrocarriles para transportar mercancías, son indispensables para la competencia entre los puertos. Si se logra, se reducen los costos y se benefician los clientes. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización Mundial de Aduanas (OMA), han hecho recomendaciones para viabilizar la interconexión portuaria, marítima y terrestre.

La UNCTAD ha diseñado programas de automatización de las aduanas, que reducen costos, tiempos y hacen más transparentes los procesos. Para su implementación, este órgano de naciones unidas brinda apoyo técnico a los países signatarios de la ONU. Los convenios de facilitación del comercio de la OMC y el convenio de tráfico marítimo internacional de la OMI, recomiendan que los países establezcan sinergias de colaboración mutua, para diseñar e implementar las reformas necesarias que hagan más expedito “el comercio internacional y la conectividad del transporte”.

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