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ORLANDO DICE

Consenso en el CNM

UNO: CONVIVENCIA Y CONVENIENCIA.- La democracia dominicana se debe a sí misma, y si bien es verdad que nunca salda la cuenta, por lo menos abona. El Consejo Nacional de la Magistratura fue convocado como era propio que se hiciera, y gobierno y oposición, como establece la Constitución de la República. Discutieron nuevas reglas y se creó un ambiente de convivencia que terminó en conveniencia. El gobierno, sabiéndose en mayoría, deja que la oposición juegue su papel, nade como pez en su agua, pues no entra en sus planes ahogarla. Así fue. Examinaron 47 candidatos y escogieron 4 nuevos miembros del Tribunal Constitucional, provocando el prodigio de consenso adentro y consenso afuera. Hubo inquietud en las gradas, pero cuándo no, responde a su naturaleza, y se inquieta igual que el bateador se ponche o la saque del estadio. El Juan Marichal puede existir sin el Séptimo Cielo, pero no sin un público expectante. Lo que importa es que la convocatoria, el examen y la escogencia llenaron el cometido, y como pocas veces alegría en la Viña del Señor. La conspiración se quedó en diciembre a mitad de camino. Aunque quién sabe si en enero, con la Suprema Corte de Justicia, la situación se da diferente…

DOS: RETRAIMIENTO Y RETRASO.- La oposición no compareció en la rueda de prensa en que se anunciaron los nuevos miembros del Tribunal Constitucional, y por igual se retrasó en llegar al acto de juramentación, dos informalidades que la contraparte del gobierno no tomó en cuenta. En la ocasión anterior, cuando se conformó el Tribunal Superior Electoral, tampoco quiso compartir escenario, aun cuando la selección fue obra de los dos. Gobierno y oposición. Lo del atraso fue culpa ajena. Las calles son un fastidio y difícilmente puede llegarse a tiempo a nada. Lo que sí llamó la atención fue el lamento de José Paliza de que Cristóbal Rodriguez no fuera escogido, creando confusión adentro y sensación afuera, pues se supone que el PRM no propuso candidato ni tenía preferencia por ninguno. Además, fue giro inesperado, y hasta sospechoso. ¿Qué pudo haber pasado para que la oposición cambiara de ánimo y tomara riesgo por uno de los objetados? Hubo una campaña abierta contra Rodríguez y se le quiso cobrar su participación como abogado en un caso en la Corte Interamericana contra República Dominicana. Entre las muchas cosas que se dijeron para descalificarlo una fue que era patrocinado por Gustavo Montalvo y la sociedad civil, y de lo que tampoco se tuvo certeza...

TRES: REACCIÓN TARDÍA.- La ocurrencia no deja de ser interesante, y sin duda reedita la política de la Maricutana. El PRM mantiene la posición de que no le importan las personas, sino los perfiles, contrario al gobierno que si querría tener control del órgano o que la mayoría responda a su causa. Esté a su favor. José Paliza y Josefa Castillo dejaron pasar y pasar hasta que se dieron cuenta que Cristóbal Rodríguez no iba a superar la prueba y se quedaría fuera. Entonces quisieron, pero ya era tarde, o se interpretó que esa reacción súbita era parte de un plan del que no estaban claras las coordenadas. José Alejandro Ayuso entró por el carril de afuera. En el campo lo dirían en copla: “Yo te estaba dando/ y tú no quisiste/ ahora límpiate el bozo/ y di que comiste”. Esto es, que si hubieran presentado y abogado por Rodríguez desde un primer momento, se le hubiera concedido la gracia. Nada de reparto, si el problema era salvar escrúpulo, pero sí considerar como oportuno cierto equilibrio. ¿Qué sentido tuvo agarrarse la falda si al final, en un movimiento raro, mostró el refajo? Además, al dar conformidad a lo hecho, no podrá hablarse de injusticia ni de que el gobierno con su mayoría se sirvió con la cuchara grande. La obra –de conjunto– corresponde a los dos. A gobierno y oposición…

CUATRO: CAMBIO DE SITUACIÓN.- El hecho cumplido resulta curioso, y no solo por el equívoco de los perfiles, sino porque al parecer José Paliza y Josefa Castillo actuaron librados a su suerte. Había dicho que el Paliza de esta ocasión sería diferente al anterior, cuando solo era senador y no presidente del PRM. La otra vez fue monitoreado por el entonces presidente del partido Andrés Bautista, y por su jefe político Luis Abinader. E incluso en algún momento la línea de uno y otro chocaron, colocando en trance difícil a Paliza. El Paliza de ahora, con autonomía de vuelo y sin piloto automático, pudo capear a voluntad el temporal. Además se cuenta como dato de ficción que no había forma de llegarles (al senador y a la diputada) porque los teléfonos fueron bloqueados.

Habría que ver si esa incomunicación fue acordada, para concentrarse mejor en el trabajo, o una acción indebida de los inquilinos del Palacio Nacional. La política es rica en expectativas y cada día se ven cosas nuevas o se aprenden lecciones que no están en el texto sino en los cuadernillos de ejercicio. La oposición, de ser cierta la versión, deberá tomar nota para en la próxima, en enero, ir mejor preparado. Llevar a las reuniones, no teléfonos inteligentes, sino beligerantes, capaces de asumir los contratiempos…

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