La 28-01

Otra vez la Ley 28-01, o Zona Especial de Desarrollo Fronterizo, está en la lupa noticiosa. Sectores empresariales cuestionan la legislación y sostienen que la misma ha establecido un régimen de competencia desleal en contraste con quienes entienden que la misma es la mejor herramienta para crear riquezas y mejorar la vida de los pueblos fronterizos. Un escenario interesante donde ambos bandos aparentan tener, sino la razón, cuando menos parte de ella.

Esto porque si bien es cierto que para fortalecer y dignificar las empobrecidas comunidades de Pedernales, Independencia, Elías Piña, Dajabón, Monte Cristi, Santiago Rodríguez y Bahoruco, provincias que ampara la ley, se necesitan empresas que generen empleos, no es menos cierto que los beneficios e incentivos especiales deben ser solo para aquellas que cumplan con los requisitos de la misma.

La Ley 28-01 otorga exenciones del 100% del pago de impuestos, aranceles aduanales sobre materias primas a las empresas instaladas en las provincias de la zona fronteriza; un 50% en el pago de libertad de tránsito y uso de puertos y aeropuertos entre otras prerrogativas, durante un período de 20 años, que culmina en febrero del 2021.

El problema está en que según la denuncia de los empresarios y que no es nueva, existen muchas de las compañías acogidas al régimen que no cumplen con los requisitos de la ley pero que gozan de sus privilegios en desmedro de sus pares de la metrópoli... aunque muchos también se preguntan por qué, y si son tan buenas las condiciones, los citadinos no trasladan sus estructuras hasta allá aprovechando esas ventajas y así ayudar la frontera.