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El Pacto y la histeria nacionalista

Como país insular que hace fronteras con otro con el que tiene marcadas diferencias en niveles de desarrollo socio-económico y humano, la República Dominicana no puede abordar sus políticas migratorias desde una perspectiva multilateral ni global. Y esa sola razón es más que suficiente para avalar la decisión del presidente Danilo Medina de rechazar adherirse el Pacto Mundial para la Migración, Segura, Ordenada y Regular promovido por la Organización de Naciones Unidas.

Ese pacto no es jurídicamente vinculante e incluso impone obligaciones a los estados emisores de migrantes, lo que se supone resultaría conveniente para República Dominicana como país receptor. Pero por experiencia sabemos que nada de lo que allí se establezca será cumplido por Haití, a quien la comunidad internacional continuará tolerando sus irresponsabilidades, mientras utilizarán cualquier resquicio en ese acuerdo para instrumentalizarlo en contra del país.

Pero así como ese Pacto Mundial para las Migraciones no ofrece ningún beneficio para los dominicanos e hicimos bien al salirnos de eso, tampoco aporta nada a esta sociedad el ambiente tóxico que la histeria nacionalista generó a lo largo de esta discusiónÖ

Contaminaron el ambiente con mentiras, como decir que se trató de un acuerdo subrepticio que el Gobierno intentó mantener en secreto, cuando el proceso llamado a culminar esta semana en Marrakech inició en septiembre del año 2016 con la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes, suscrita por los 193 estados miembros de la ONU y difundida como un logro a escala global, pues se producía en medio de la ola de refugiados sirios y afganos que llegaban a Europa huyendo de sus respectivas guerras.

Y continuó con ocho rondas de negociaciones que culminaron con el consenso de los 23 objetivos contenidos en el Pacto Mundial.

Todas esas actividades fueron públicas y divulgadas por medios nacionales e internacionales. Sólo no se enteraron quienes no quisieron o no se interesaron, ya que cualquier persona o institución con real y sincero interés en el tema migratorio, conoció, estudió y opinó con tiempo sobre este documento.

Del mismo modo ese sector paranoico del nacionalismo ---alentado por fabuladores profesionales--- hiperbolizaron el asunto y llegaron a los extremos de afirmar que de suscribir ese pacto se estaría fraguando el fin de la soberanía y el hundimiento de la naciónÖ

Un solemne disparate sin ninguna baseÖ La mayor parte de los aspectos contenidos en los objetivos del Pacto Mundial se encuentran en nuestra Constitución, en nuestras leyes o en pactos y acuerdos multilaterales ratificados con anterioridad por el paísÖ Y eso no ha supuesto la destrucción de la República.

Pero este es el tipo de maquinaciones, que procuran despertar una especie de histeria colectiva en el país, al final nos hace daño. Pues sólo consigue desdibujar a una sociedad que ha sido solidaria y tolerante con la migración haitiana, y dar pábulo a quienes nos difaman tildándonos de racistas y discriminadores.

Este mundo está convulsionando con el resurgimiento de un populismo nacionalista abyecto y de un neofascismo divisionista, que utiliza la mentira y la hiperbolización de medias verdades para despertar animosidades hacia un “enemigo externo” y colocar a las sociedades en esa especie de guerra entre “ellos” y “nosotros”Ö

Y como el que ve las barbas de su vecino arder, lo que menos que debe hacer es poner las suyas en remojoÖ Quienes apreciamos los valores de la democracia liberal -independientemente de la parcela política o ideológica con que nos identifiquemos- estamos en el deber de alertar sobre el peligro que representa el avance de este tipo de discurso. Pues el populismo nacionalista está conduciendo al mundo por un derrotero que cuanto menos evoca los oscuros años entreguerras del siglo pasado, en estos tiempos aderezado y amplificado por unas redes sociales cada día más inclinadas a servir como instrumentos para la manipulación de la información.

Lo que vivimos en este país con la discusión sobre el Pacto Mundial para las Migraciones fue un espectáculo deprimente. La fábula y la distorsión se impusieron a la razón y al sosiego; la ignorancia prevaleció sobre el conocimiento; las teorías conspirativas y las consignas superaron el análisis; y los ruidos generados por los insultos y las descalificaciones silenciaron las ideas.

Y ese es, precisamente, el manual que viene utilizando el populismo nacionalista para fertilizar el terreno del que están surgiendo estos engendros que amenazan con devorar todos los avances sociales y políticos, alcanzados por la civilización occidental desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”, escribió desde la prisión a que le sometió el régimen fascista de Mussolini el político y periodista italiano Antonio GramsciÖ

En nuestro país, ese tipo de engendro pretende hacer mutar hacia la histeria el genuino sentido nacionalista del pueblo dominicano, e intentar así abrir ventanas políticas que deberían permanecer cerradas por siempreÖ

Como sociedad debemos estar alertas, y vacunarnos contra ese mal que pretende inocular en esta sociedad ese rancio neofascismo.

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