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PASADO Y PRESENTE

Balaguer y la muerte de Johnny Abbes

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Juan Daniel BalcácerSanto Domingo

El relato de Joaquín Balaguer sobre la forma como en 1967 Johnny Abbes García fue eliminado físicamente, a manos de efectivos de la policía política del dictador Francois Duvalier (que reprodujimos en la entrega anterior), figura en las páginas 191 y 192 de la primera edición de su libro “Los Carpinteros” (1984). Tras describir, con lujo de detalles, cómo los Ton Ton Macoutes cumplieron con la misión asignada para ultimar al tristemente célebre espía, su joven esposa y sus dos pequeñas hijas, Balaguer entonces amplió su crónica ofreciendo otros detalles acerca de la presencia de Abbes García en Haití, al tiempo de insinuar quién pudo haber dado la orden para liquidarlo.

En principio creyó que fue Duvalier. En las páginas 192 y 193, del citado libro, Balaguer escribió: “La ejecución de Johnny Abbes García juntamente con su esposa Sita Fernández (hija del general Ludovino Fernández), de sus pequeñas niñas y de su sirvienta, fue ordenada al servicio de inteligencia militar de HaitíÖ, debido a que se le consideró mezclado en la conspiración supuestamente dirigida por Max Dominique, yerno del presidente vitalicio Francoise Duvalier. La primera actividad de Johnny Abbes García a raíz de su arribo a Haití el día 4 de mayo de 1966, consistió en rendir informes a las autoridades haitianas sobre los trabajos conspirativos que realizaban los líderes haitianos que había escapado a la represión asilándose en varios países de Europa y en los Estados Unidos. En premio a esa colaboración prestada a los servicios de inteligencia militar, al ex jefe del SIM se le instaló en una lujosa casa situada en el sector residencial de Petionville. Pocos meses después fue descubierto el complot organizado por un grupo de oficiales jóvenes graduados en academias militares de Francia, que contó al parecer, con el apoyo de Max Dominique. La investigación en torno al supuesto plan encaminado al derrocamiento del régimen del presidente Duvalier fue confiada al coronel Leslie, quien había mostrado poca simpatía por Johnny Abbes, cuya presencia en Haití fue vista desde el primer día con recelo en los círculos militares del país vecino. El informe del coronel Leslie pintaba a Johnny Abbes como “comprometido hasta la garganta” en esas maniobras conspirativas. La reacción del Presidente haitiano rayó en la violencia. Como resultado de ella fueron eliminados todos los miembros del antiguo servicio de inteligencia dominicano que se habían refugiado en Haití después de la muerte de Trujillo, y que actuaban en connivencia con el coronel Abbes García. El primero en ser ultimado fue Alfonso Cruz Valerio, sindicado como autor de varios actos de terrorismo, entre ellos el de la colocación de una bomba en el Casino Internacional de Puerto Príncipe. Su ejecución se llevó a cabo en el Fort Dimanche, asiento de una de las peores ergástulas de la dictadura. Los cabecillas de la conspiración fueron a su vez ejecutados algún tiempo más tarde.”

Balaguer y sus fuentes. Todo historiador que se precie de objetivo es consciente de que cuanto afirme respecto de un personaje o acontecimiento histórico debe estar avalado por fuentes documentales fidedignas que, a su vez, puedan ser constatables o verificadas por otros investigadores y estudiosos del tema en cuestión. Las fuentes sobre las que generalmente se apoyan los historiadores son diversas, a saber: documentos o textos manuscritos, fuentes orales, artículos y reseñas noticiosas, mapas, monumentos, libros, así como otras fuentes fílmicas, fotográficas, artísticas, numismáticas, etc. La producción historiográfica y biográfico-histórica de Joaquín Balaguer se caracteriza por un formato académico cuya lectura deja la sensación de que se está frente a un erudito de un saber poco menos que enciclopédico. Es lícito conjeturar que Joaquín Balaguer, un político y estadista bien informado (además de escritor de estilo culterano en cuya obra se advierten influencias de una corriente historiográfica decimonónica que confería mayor énfasis a la narrativa literaria del devenir histórico), respecto del caso Abbes García en Haití debió haber recibido informes para él fiables, procedentes tanto de sus servicios de inteligencia como de la Cancillería dominicana y sus conexiones haitianas.

Algunas imprecisiones. En vista de que en sus obras sobre temas históricos era infrecuente que Balaguer usara referencias bibliográficas al pie de página, no debe causar asombro que, en “Los Carpinteros”, omitiera el origen de su fuente en torno a la muerte de Johnny Abbes. En este sentido, se ha dicho que, si no toda, por lo menos gran parte de la información que recibió Balaguer sobre el “affaire” Abbes García en Haití, fue interesada y fabricada con el objeto de ocultarle la verdad de los hechos; y que tal circunstancia, también se ha dicho, lo indujo a incurrir en algunas imprecisiones que, una vez consciente del error, se apresuró a subsanar, como se verá en la próxima entrega...

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