Día del Músico

Santa Cecilia, cuya fiesta celebramos hoy 22 de noviembre, fue una joven virgen que dio su vida por ser fiel al Señor, pero era música, y esa cualidad la hace pasar no solamente como un modelo de la mujer que sabe defender sus valores cuando se siente amenazada por los hombres, sino que también pasa como la mujer que vive la música, y por eso la humanidad ha consagrado este día como Día del Músico.

En este Día del Músico, y a propósito del músico y de los músicos, permítanme felicitar a los que hacen música bella, porque no todas las músicas son bellas. Hay música que es feísima, que hace daño no solamente a los oídos, sino al alma, al espíritu, y hay letras que acompañan a la música que tampoco son sanas ni son buenas.

La música es un arte, es parte de la belleza del mundo. ¡Cuántas veces la música es la que nos sana de muchos problemas, cuántas veces la música es la que nos ayuda, pero también la música puede traer terror y miedo a las almas!

Por eso, ¡felicidades músicos que saben hacer música! Y permítanme recordarles: la música sigue a través de la historia. Morimos, pero las hermosas piezas de música siguen adelante; de lo que estamos seguros es que en el camino se quedan, en el camino de la vida y de la historia se pierden las piezas musicales que con mala música se tiene una letra que no contiene valores.

¡Queremos música buena, con letras que valgan la pena!

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.