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Los dominicanos sienten tristeza

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Libertad de Camps JiménezSanto Domingo

Los dominicanos sentimos tristeza profunda por la situación en la que nos ha colocado el gobierno del PLD. Se ha creado un estado de opresión y de coerción que pretende doblegar las voluntades mayoritarias y dejarnos sin país, gracias a esta gente que sin escrúpulos hace y deshace a su antojo. Sé que aún hay peledeístas con alma. Debo ser justa, es pertinente que diga que hay peledeístas que han sido engañados, olvidados, maltratados; peledeístas que aún se mantienen serios. Conozco algunos, no muchos, pero es obvio que no conozco a todo el mundo. Hablo de ese PLD que gobierna, de esos que se creen dueños, amos y señores de la Nación, ese grupo de engrandecidos con almas de pulgas. A los peledeístas correctos, de los cuales como repito, conozco unos pocos, a esos les digo cuánto lo siento, siento su dolor, su furia, su angustia, su decepción y les digo que no desesperen, como se lo digo a todo el resto del pueblo dominicano que está herido, golpeado, maltratado y triste. El 2020 se avecina y con ello llega el momento decisivo de cambiar los destinos de la Nación, votaremos en contra del presagio que auguran los señores del PLD, que amparados bajo el poder de fabulosas fortunas entienden que podrán comprar la conciencia y los votos del pueblo. Será entonces cuando frenaremos los abusos de poder y la falta de justicia social. Será el fin de la impunidad y podremos reescribir el curso de nuestra historia.

Vemos con tristeza cómo se irrespeta nuestra bandera, como se irrespeta todo lo que es el inventario de los bienes morales y cívicos de la Nación; todo su patrimonio, los recursos naturales, todo, desde lo más mínimo hasta lo más importante. Abogamos por la justicia, por la filosofía de Gandhi. Pedimos la cordura del pueblo para actuar con firmeza, con voluntad y decisión, para sacar definitivamente al PLD del Poder. Creemos en una oposición unida. Queremos que de una vez y por todas, por lo menos en este período de crisis, todo el mundo haga un alto en el camino, dejando de lado sus intereses personales y permitiendo que aflore el dominicano honesto, sin dobleces, que ponga a la patria como el eje central de su proceder, para que juntos seamos el poder del cambio, que no lo pueda vencer el dinero, ni la avaricia, ni el egoísmo, ni la falta de escrúpulos.

A los que se ganan la vida asaltando las calles de nuestro país, a esos hombres y mujeres, desesperados y rebeldes que se expresan con un accionar de piratas como medida de supervivencia ante el atropello que ven lo que hacen los zares y zarinas del PLD, a ellos también les pido que hagan un alto en el camino, que cuando asalten las calles, si lo van a hacer, no lo hagan con violencia, y que el día de las elecciones elijan el cambio, que sepan que también ellos tienen la oportunidad de cambiar y lograr una sociedad justa. A los maestros les digo que hay esperanza, tengan fe, no de que van a tener una cuenta en el banco con 50 millones de dólares, pero de que sí podrán vivir dignamente, de que sí podrán enseñar la Historia Dominicana en cuarto grado, y en todos los niveles; de que sí podrán ser parte de la Reforma Educativa más grande, una que no se basa en la construcción de escuelas solamente, sino también en un currículo sólido, donde se eduque en valores, y se respete nuestra identidad como país, no formando nacionalistas enfermos, pero sí estudiantes conscientes de sus raíces con una óptica de ciudadanos globales, donde se respete la diversidad manteniendo el respeto a nuestra patria y a la sangre derramada por tantos hombres y mujeres en la historia de nuestra independencia. También les escribo a esas madres solteras, a las viudas que sin apoyo enfrentan la vida, a los choferes de carros públicos, que manejan por nuestras calles a altas y tempranas horas de la noche, sin descanso, solo para sobrevivir en esta tierra que parece de nadie. Le escribo a los obreros, a los carteristas, a los policías, a las prostitutas, a los jóvenes que por 20 años no han conocido otra cosa que el saqueo masivo de los recursos de la patria, que han aprendido que lo que vale aquí es ser un “gánster”, imponer, atropellar, abusar. Le escribo a la base de los demás partidos, a su dirigencia, para que con cabeza fría sean partícipes de un frente electoral de la oposición dejando de lado los intereses personales, la ceguera nefasta del poder dividido que no lleva a ningún lado. Le escribo a la iglesia, a la católica y a la protestante, a la evangélica, a la budista, a los testigos de Jehová, a los mormones, a los cristianos, a los ateos, a cualquier denominación, para que juntos formen parte de este frente electoral del cambio por el bienestar de todos y no de unos pocos. Le escribo a los pescadores, a los artistas, al campesino, a los dominicanos en el exterior, que con ojos de pena sienten y padecen la lejanía de su patria y la pena de ver a sus familiares y amigos atrapados en un marasmo patético generado por el abuso de un puñado de seres poseídos de avaricia sin control y de irrespeto a su Nación, ustedes también son importantes con sus remesas, con su amor, pero más que nada con sus votos en el exterior.También le escribo a la Junta Central Electoral, a sus jueces y a sus empleados, es hora de hacer un trabajo contundente para palear el flagelo de las tentaciones, manténganse vigilantes, firmes y fieles guardianes de un proceso cristalino y transparente, que no se vea empañado ni siquiera por el rocío del amanecer. Enfermeras, médicos, colmaderos, empresarios poderosos de este país, de la pequeñas y medianas empresas, hoteleros, es hora de abrir los ojos, el PLD no puede bajo ningún concepto continuar atropellando la Nación Dominicana. El país es de todos, de los buenos, de los niños, de los ancianos, de los malos, de los sanos, de los enfermos, de los justos y de los abusadores, está enfermo y necesita la atención de todos los que están dentro y fuera de él. En la unión está la fuerza. No hay dinero que pueda comprar la conciencia de un pueblo unido por los mejores intereses de la familia dominicana. ¡Que viva la República Dominicana! ¡Que viva la Patria de Duarte, Sánchez y Mella! ¡Que viva el país de todos! ¡No podemos ser tan malos!

Vamos por el cambio y no negociaremos nuestra dignidad. Libertad, Justica Social, Democracia y NO reelección para todos. Es hora de que juntos trabajemos creando el país que merecemos.

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