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EXPRESIONES

La no violencia en noviembre

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Tomás Aquino MéndezSanto Domingo

Otro mes para anuncios, charlas, encuentros y grandes inversiones en caminatas y marchas contra la violencia hacia la mujer.

Cada año, noviembre es tomado por diversas instituciones para levantar su voz y APARENTAR que con las acciones precedentemente citadas están realizando una política de protección a la mujer y de rechazo a la violencia. No basta el buen deseo y una campaña promocional si no vamos a la raíz del problema. Sin embargo, pasando revista a la cantidad de feminicidios que se producen en el país, se debe concluir que ese tipo de campaña ha sido poco efectiva.

La semana recién pasada, en el Gran Santo Domingo se produjeron tres feminicidios, dos de ellos involucraron a adolescentes que no llegaban a los 17 años. Si nos vamos más hacia atrás, el número es alarmante y preocupante.

La orientación, la educación, la formación está fallando. Es claro que con las campañitas cada año en el mes de noviembre o constantes anuncios y palabras altisonantes cada vez que sucede una tragedia, no se logrará poner fin a esas acciones de agresión contra la mujer. No basta que autoridades del gobierno, del área judicial y los legisladores envíen NOTITAS a los medios condenando la agresión a la mujer cada vez que se produce una tragedia o llega una fecha importante, es claro que hace falta algo más. Hay que ir al origen del mal, que al parecer viene desde el hogar y se consolida en la escuela. Está faltando la orientación adecuada a nuestros hijos, hombres y mujeres.

Recientemente un empresario dominicano hizo una valoración sobre lo que consideraba causas que estaban provocando deterioro en los hogares y por ende creando un gran vacío entre nuestros hijos.

Se levantaron muchas voces, especialmente femeninas, criticando sus aseveraciones, a tal punto que tuvo que retractarse de lo que dijo.

Yo escuché las palabras de este empresario y no creo que hayan sido dirigidas a menospreciar o quitar el espacio ganado por la mujer en la sociedad productiva. Pero hay una realidad inocultable, después que los padres, ambos, faltan en el hogar, algo no anda bien en nuestra generación de jóvenes. Es cierto que desde el origen de la sociedad, el hombre fue responsable de llevar el alimento a la casa, mientras la madre se encargaba de controlar el hogar y NO QUITAR LOS OJOS Y LAS MANOS de los hijos, claro, con el apoyo del padre.

Hoy, el padre y la madre han salido del hogar al mercado productivo.

Los hijos han quedado al cuidado de los abuelos, tías, vecinos, trabajadoras domésticas, y en casos extremos, a su libre albedrío, vigilados por el más grande de ellos. La relación padremadre- hijo se ha ido perdiendo.

Compartir en la mesa la hora del desayuno, el almuerzo o la cena es cosa del pasado. Revisar las tareas de los hijos quedó atrás y todo eso repercute en la formación de los jóvenes de hoy.

No digo que la mujer abandone el mundo laboral, NUNCA, pero sí creo que debemos revisar esa relación en el hogar. Campañas en noviembre y declaraciones de prensa no van a frenar los feminicidios, porque hay una distorsión de nuestros jóvenes en lo que significa una relación de pareja y eso ha echado raíces en los hogares dominicanos.

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