La sensatez peledeísta
Tras semanas de especulaciones y proyecciones fatalistas sobre el destino del Partido de la Liberación Dominicana, a razón de la convocatoria de su Comité Central para este sábado pasado, como suele ser costumbre en ese partido, la montaña parió un bigañuelo.
Bastaron unos minutos para que el principal órgano de dirección peledeísta aprobara, a propuesta de su presidente Leonel Fernández, notificar a la Junta Central Electoral que sus candidatos serían electos bajo la modalidad de primarias abiertas y simultáneas, y convocar a la dirigencia para modificar los estatutos y adaptarlos a la Ley de Partidos.
Los peledeístas dieron otra muestra de la madurez e inteligencia política que explican su longeva permanencia en el poder. La dirigencia de ese partido “no se va con el lanzamiento” como hacen algunos cocos hueros y arribistas de los entornos. Esa gente cuenta con suficiente templanza para saber colocar los objetivos comunes sobre los particulares y la capacidad de superar cualquier diferencia personal en procura de mantenerse en el poder... Características que les separan del comportamiento histórico de la partidocracia en la República Dominicana.
Los pronósticos apuntaban a catástrofe. Todo indicaba que las cosas en el PLD iban a pasar de castaño oscuro.
Por un lado se encontraba atrincherado el grupo mayoritario que hace causa común con el presidente Danilo Medina, quienes, si bien se habían resistido a imponer esa mayoría en el Comité Político, con la aprobación de la Ley de Partidos en el Congreso demostraron que estaban dispuestos a hacer valer su hegemonía e implementar las primarias abiertas, simultáneas y organizadas por la Junta Central Electoral.
Durante la semana importantes dirigentes que se congregan en torno a la figura del presidente Medina desfilaron por los medios de comunicación haciendo saber que en la reunión del Comité Central se haría valer el centralismo democrático, y que esperaban que las minorías se sujetaran a las decisiones de las mayorías.
En la otra esquina estaban los de Fernández, quienes desplegaron cualquier cantidad de advertencias sobre “el riesgo de división” que corría el PLD si el otro sector imponía un criterio que entendían inconstitucional y violatorio de los estatutos partidarios.
Incluso, en un hecho sin precedentes, Leonel se valió de su condición de presidente del PLD para organizar reuniones con el fin de escuchar a los dirigentes del partido... Una jugada con la que buscaba generar presión presentándose como “la voz de la base” en la reunión de Comité Central.
El expresidente hasta publicó un extenso artículo el pasado viernes en este LISTÍN donde repitió los argumentos que utiliza para sostener su visión sobre la inconstitucionalidad de la Ley de Partidos, apeló a Dios para que les ilumine y dejó en Sus manos la unidad peledeísta.
El escenario parecía agravarse en la medida que avanzaban las horas y se producían reuniones, concentraciones y acuartelamientos de miembros de Comité Central de un lado y de otro, lo que hacía presagiar lo peor y retrotraían a las luchas de tendencias que decretaron la división y la consecuente salida del poder del Partido Revolucionario Dominicano a mediados de los años ochenta del siglo pasado.
Sin embargo, quienes apostaban e intrigaban esperando lo peor, se quedaron con el moño hecho... Primó la madurez y el sentido de cuerpo; dio resultado el trabajo de mediación que asumieron emisarios de grupos enfrentados; ambos sectores cedieron y se llegó a un acuerdo en el que no hubo vencidos ni vencedores...
El PLD celebrará primarias abiertas y simultáneas en octubre del próximo año para seleccionar sus candidatos, con lo que quedan satisfechas las expectativas de la corriente de Danilo Medina... Y los estatus del partido serán adecuados a la ley y será convocado un Pleno Nacional de Dirigentes para ratificar esas modificaciones, brindando un “bajadero” a Fernández.
Al final ambos actuaron con inteligencia y salieron bien.
Uno sabía que no podía ganar la votación del Comité Central, y en lugar de exponerse a una derrota que le debilitaría, se alejó de las posiciones extremistas alentadas por unos pocos delirantes de su entorno y negoció una salida digna.
Y al otro no le convenía aplastar y victimizar a quienes se encuentran en minoría coyuntural, y tuvo la humildad de ceder para encontrarse en un punto medio con su adversario interno.
Esta muestra de sensatez de los peledeístas debería aleccionar contundentemente a la oposición, que está obligada a repensarse y a dejar de calcular sus opciones apostando a la división de ese partido... Esa gente difícilmente se “pone bruta” y su instinto de preservación del poder es muy superior a cualquier animosidad personal o grupal.
Quien esté contando con la división peledeísta para llegar al poder... Deberían contar de nuevo.